Después de la incesante insistencia de su madre, finalmente se animó a preguntarle a Minho si podía ir a su casa a darle lecciones de matemáticas. Lastimosamente desaprobó el primer examen y solo tenía una oportunidad más antes de ir directamente a diciembre por llevarse la materia. Tomó aire, llenando su alma de valentía. No es que le cueste hablar con Minho, el problema es pedirle un favor sin pelear con él.
La profesora dejó de dictar y les dio la página del libro para que empiecen a rellenar los cuadros de inglés. Ese era el momento perfecto para hablar sin que lo rete por interrumpir la clase. Se giró hacia el castaño y le tocó el hombro suavemente, pero no reaccionó. Volvió a tocar su hombro una y dos veces más, finalmente molestandose.
—¡Te quiero decir algo! —Reclamó, dándole un golpe fuerte.
—¡Auch! ¿Qué quieres? No quiero hablar contigo.
—Bueno, yo si quiero. Te ordeno que me des clases particulares de matemáticas.
El plan era ser amable al principio, pero Minho ya le hizo perder los estribos. No puede ni imaginarse como será en su casa, solos en la habitación. ¡Qué vergüenza!
—¿Me ordenas? ¿Quién te conoce? —El castaño soltó una risita, ignorando su presencia.
—Por favor, necesito aprobar el próximo examen o no voy a tener vacaciones. ¡Es mi última oportunidad!
—Ese no es mi problema.
—Haré lo que quieras, voy a pagarte.
—¿Cuanto ofreces? —Preguntó un poco más interesado.
—No sé, ¿$1500 por día o $2000? Igual serán solo 1 o 2 horas. No pienso sacarte mucho tiempo. —Dijo, aunque no sabía de donde iba a sacar ese dinero. Su mamá solo pensaba que eran amigos, por eso le propuso la idea.
—Bien, acepto. Vamos juntos a la salida.
—Sí, gracias. Eras mi única esperanza.
Minho asintió, restando importancia a sus alabanzas como si ya supiera que es un genio. Pasaron el resto de la clase en calma, finalmente llegando cansados al timbre de salida. Juntaron sus cosas y salieron caminando uno al lado del otro, sintiéndose extraños de cierta forma.
En la escuela no suelen andar así, normalmente ellos ni se topan fuera de la clase, principalmente porque tienen grupos de amigos muy diferentes. Ahora Jisung se sentía demasiado consciente de la presencia del contrario.
—Oye, el que se tropieza es gay. —Soltó Minho de la nada.
Antes de poder reaccionar a sus palabras, tropezó con la vereda rota y cayó de rodillas al suelo. Mierda, que tonto, ¿cómo no vio el tremendo pedazo de piso sobresaliente? ¿Y por qué el estúpido de Minho no le avisaba con tiempo? Frunció las cejas al escucharlo reír y se levantó de malas, sacudiendo su uniforme que quedó con tierra.
—Idiota, me caes mal. —Sentenció, empujando su hombro al pasarle con pasos cortitos.
—Yo te avisé y tropezaste igual.
—Me duelen las rodillas, creo que me raspé. —Dijo al notar que le ardía mucho para caminar.
—Está bien, quédate ahí.
Minho no le dio aviso previo, caminó hasta donde estaba y lo tomó por las piernas, alzando su cuerpo en brazos como si fuera un costal de papas. Obviamente murió de pena, más de lo que ya venía sufriendo en el camino. Comenzó a patear tratando de que lo baje, pero era imposible de vencer.
—¡Suelta, suelta!
—Si lo hago, vas a chillar que soy malo y te lastimaste por mi culpa. Déjame compensar mis errores, príncipe.
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Love Discussion || Minsung [FINALIZADO]
Fanfiction"ᴅɪꜱᴄᴜᴛɪʀ, ᴘᴏʀ ᴛᴏᴅᴏ ᴘᴇʟᴇᴀʀ, ᴜɴᴀ ᴇxᴛʀᴀÑᴀ ᴍᴀɴᴇʀᴀ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀ ¿ᴘᴏʀ Qᴜᴇ ɴᴏ ᴅᴇᴍᴏꜱᴛʀᴀʀ ᴀᴍᴏʀ? ᴄᴏɴ ᴜɴ ʙᴇꜱᴏ ʏ ʏᴀ ᴄᴏɴ ᴜɴ ᴀʙʀᴀᴢᴏ ʏ ʏᴀ ʏ ᴀꜱɪ ᴛᴏᴅᴏ ᴘᴏᴅʀÍᴀ ꜱᴇʀ ᴍᴇᴊᴏʀ" Jisung tenía una vida escolar tranquila, hasta que de la nada, ingresa un nuevo compañero y la profe...