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Los rayos del sol dieron con su rostro, apenas eran notorios, pero aún así molestaban un poco.

Sintió un cuerpo a su lado, y cuando quiso voltear para mirar un brazo se aferró a su cintura, impidiéndole voltear.

Volvió a moverse un poco, poniendo su mano en su rostro, los recuerdos del día anterior la golpearon duramente, lo que hizo que ella exclamase asustada, las ganas de vomitar y el solo recuerdo la hacía sentirse realmente mal.

—Linda.— escuchó a sus espaldas.

Miro rápidamente al moreno, lanzándose a sus brazos para así aferrarse a él con fuerza.— Paul.

El joven la tomó entre sus brazos, acariciando suavemente su espalda.— Me tenías preocupado.

—¿Qué sucedió?.— preguntó ella en un leve murmuró.

—Te desmayaste cuando llegaste aquí, no despertabas, así que te trajimos a la habitación de huéspedes para que pudieras descansar.— explicó de manera leve, esperando a que ella pudiera mirarlo.

Miró su cuerpo, observando que en ella ya no se encontraba aquel vestido sangriento, si no que fue reemplazado por un par de pantalones flojos y una camisa que le quedaba realmente grande.

Sus ojos se abrieron en grande, mirándolo con confusión y sorpresa.— ¿Tú me cambiaste?.

El negó con una pequeña sonrisa.— Emily fue la que te cambió, yo solamente puse la ropa.

Asintió suavemente, saliendo de la cama y mirando su mano, la cual no dolía, pero sentía una leve molestia en ella.— Creí que fue un sueño.

Paul se puso a su lado, tomándola de su pequeña cintura, para hacerla girar y que quedasen cara a cara.— ¿Qué fue lo que ocurrió?, ayer me asusté demasiado, creí que alguien te había hecho daño, casi me vuelvo loco.

Y aunque no quería decírselo, lo haría, por qué ella necesitaba contárselo a alguien, necesitaba hablarlo, si no aquel mudo en su garganta quedaría presente y el remordimiento le atormentaría por siempre.

Suspiró pesadamente, mirándolo a los ojos.— Ayer celebramos el cumpleaños de Isabella con los Cullen, y-

—Hijos de puta.

No pudo terminar de contarle, ya que Paul comenzó a temblar, y en su molestia, caminó rápidamente hacia fuera de la habitación, dirigiéndose rápidamente a la salida, a lo que ella lo siguió, llamándolo múltiples veces por su nombre, tratando de llamar su atención.

—Paul, afuera, rápido.— ordenó Sam, mirando como su beta estaba a punto de transformarse.

Jared tomó a la chica con cuidado, impidiéndole que saliera de la cabaña.— Espera, no salgas.

Ella negó, temiendo que el moreno pudiera hacer una estupidez.— No me dejó terminar, tengo que detenerlo.

Pudo lograr zafarse del agarre del moreno, e ignorando los llamados que él hacía salió de la cabaña, buscando a Paul.

—¡Paul!.— exclamó alto, mirando como Sam lo detenía de los hombros.

—Minji, entremos.— habló Jared a sus espaldas, tomándola nuevamente con sumo cuidado.— deja que Sam hable con el.

Y en cierto modo, Jared tenía miedo, no por el, si no por la chica, sabía cómo era de inestable su amigo, y aquel arranque que tuvo lo estaba manejando bien, pero aún así temía que todo se saliera de control.

Minji asintió, dándole un último vistazo a ambos hombres que se encontraban a la distancia de ellos.

—Paul, tranquilizaste.— Sam lo tenía sujeto de los hombros, impidiendo que su arranque se expandiera.

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ¦ 𝐏𝐀𝐔𝐋 𝐋𝐀𝐇𝐎𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora