Almas gemelas

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Lute alguna vez escuchó decir a Rafael que existen almas con el destino de encontrarse, las almas gemelas y las almas destinadas.

Lute creía haber encontrado ambas.

Las almas gemelas tenían el destino de conocerse, ambas conectarían perfectamente, serían el complemento de la otra, estás almas estarían juntas, no necesariamente para formar una pareja romántica, sino como un amigo o un amor platónico.

Tu alma gemela sería la persona en quien más confías, aquel confidente en las noches de pesar y tú mejor amigo.

La albina estaba segura que su alma gemela se trataba de Adán, el primer hombre en ser creado.

Con el paso de los meses ambos se hicieron más cercanos, sus personalidades se complementaban a la perfección, Lute siendo más seria y Adán relajado y juguetón.

La joven pudo encontrar un soporte emocional, aquella conección que no supo formar con alguna de sus hermanas, con Adán se sentía libre y por primera vez entendió lo que Miguel sentía por sus hermanos.

El hombre encontró en la ángel un lugar seguro, Lute era la primera mujer en la que verdaderamente podía confiar, era su soporte, alguien que estaría para él en las buenas y en las malas, aquella Ángel le ayudo a confiar nuevamente en las mujeres alentando al varón de conseguir citas con alguna que otra alma del cielo.

A pesar de las constantes citas de Adán varios ángeles pensaban que el castaño y la albina eran pareja, entre ellos Miguel.

El arcángel adoraba ver a sus amigos juntos, pensaba que les haría bien confiar en otras personas y se alegraba que aquellos angeles formaran un vínculo especial, y si la felicidad de sus dos compañeros costaba un leve dolor en el pecho Miguel estaría dispuesto a pagarlo.

Oh, pobre alma confundida!

Creyendo que su compañera tiene pareja sin saber que el corazón de la albina late por él.

Lute rezaba porque el corazón de su líder volteara a mirarla, anhelando el momento en que el arcángel se de cuenta de sus sentimientos y gustoso los aceptase.

Pero él no conocía el amor romántico y a ella le asustaba el rechazo.

Y en medio del conflicto amoroso se encontraba Adán, sabiondo de los sentimientos de la joven quería ayudarla.

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Sentados en el borde del cielo ambos varones veían la vida en la tierra, habían aprendido mucho de un culto religioso que desde hace meses seguían.

Gracias a este conocieron (erróneamente) los conceptos del bien y el mal, entendieron así, que su misión de exterminio era una obra de caridad para aquellos seres descarriados que yacen en las llamas del fuego eterno, en pocos días se llevaría a cabo el primer exterminio.

Entre aquel grupo de adoradores de Cristo había un músico, gracias a este Adán conoció el género de música llamado "Rock", en especial el Rock Cristiano, tanto fue su amor que desde entonces su personalidad adoptó características de los humanos quienes a eso se dedicaban.

Hoy en especial se llevaba a cabo una boda en aquel recinto conocido como "La casa de Dios", oficiando la boda sin que los humanos lo vieran se encontraba Rafael, cumpliendo su papel de arcángel del matrimonio, quién era visto desde el cielo por su hermano Miguel.

- Alguna vez pensaste en casarte? - Pregunto el arcángel mirando la tierra - Técnicamente me case con Eva, aunque en mis tiempos no se hacía toda una fiesta - contesto Adán.

- Hmm, cierto - aquellas palabras dejaron pensativo al rubio - Adán, cómo se siente enamorarse? - la curiosidad sobre el amor no era algo nuevo en el arcángel, desde que tuvo que desterrar a su hermano por enamorarse de una humana e ir en contra de Dios se preguntaba que fuerza tan grande era el amor.

Claro que conocía el amor fraternal, amaba a sus hermanos y utilizaba ese amor para luchar en batalla, pero el quería terminar de entender el amor romántico.
Tantos años observando a la tierra y aquel concepto seguía pareciendo extraño.

- Bueno - dijo el castaño haciendo una pausa, trataba de encontrar las palabras correctas - cuando estás con esa persona ya nada importa, verle feliz se vuelve una prioridad, quisieras tenerle a tu lado, acompañarle, ser un equipo, al menos eso creo - Adán había amado a una sola mujer en su vida, no estaba seguro de lo que decía pues para él su destino estaba escrito, era el único hombre y Eva la única mujer.

- Jum! - soltó el arcángel risueño - Así me siento con Lute - hablo sonriente cerrando los ojos, aquellas palabras ilusionaron al castaño, significaba que su amiga si tenía una oportunidad! - Casi parece amor jaja- y con esas palabras la ilusión de Adán cayó.

- Pero qué dices Miguel? Claramente te gusta! - le contesto alterado el castaño.

- Oh! No, no sería posible, aún si me gustara no me metería jamás entre ustedes, son una linda pareja - el rubio negaba con sus manos y restaba importancia al tema.

- Entre Lute y yo no hay nada, mi único amor fue Eva! - trato de explicarle a su amigo - Pero tú y Lute son almas gemelas - contesto el arcángel, confundido y triste de que Adán no tomara en cuenta el destino entrelazado que su alma y el de la albina tenían.

- Así no funcionan las cosas - el grito exasperado de Adán llegó a oírse hasta las puertas de San Pedro - Tu corazón se alegra cuando la vez? - le pregunto serio al varón a su lado.

-

- Tu corazón duele cuando la vez con alguien más?

- A veces

- Alguna vez pensaste que querías estar a su lado?

- Sí

- Harías todo para protegerla?

- Sí

Miguel seguía sin entender el punto de aquella conversación, aquellas preguntas no tenían sentido para él, proteger a los demás era su misión, no cambiaba de quien se tratase, lo haría por Lute, por Adán, por sus hermanos.

- No entiendes el punto, verdad? - pregunto nuevamente el castaño al ver el rostro del arcángel.

- No

- Como se nota que eres arcángel de fuerza bruta - susurro irritado el hombre - Está bien! Cree lo que quieras, pero ante el cielo te juro! Que aquello que sientes por Lute mi amigo, es amor - aquellas palabras las dijo en voz alta.

Por alguna razón que Miguel desconocía, el que Adán anunciará "su amor" a los cuatro vientos lo sonrojaba, vergüenza tal vez?

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El día del exterminio había llegado, Miguel estaba listo para dar la orden de bajar, las tropas estaban formadas, Adán y él llevarían el mando.

En el grupo de Adán se encontraba Lute, contenta la albina hablaba con Adán, su casco a un lado de su cadera dejaba plena vista a su sonrisa, el verla lleno de alegría el corazón del arcángel, más al ver qué su sonrisa era dirigida al varón a su lado, incómodo y lleno de pesar su corazón.

"A esto se refería Adán?" - pensó.

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