Capítulo 32

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Sakura:

No estaba para nada tranquila, tenía que hablar con alguien y esa persona era Tomoyo. Cuando sucedió el accidente y vino a comer con los señores Li y su esposo me dijo que cuando tuviera tiempo la llamase para poder conversar.

Termine todos los pendientes en la cocina para dirigirme al chalet donde mis hijas ya descansaban. Entré a mi habitación y busqué el teléfono personal de Tomoyo. En la segunda timbrada me contestó, como no tiene mi número grabado su voz se oyó con cierta desconfianza. Al decirle que era yo sé relajó y empecé a contarle lo que había ocurrido con esa mujer pero, lo que ella me dice me deja muy desconcertada:

—Hay un tema muy delicado con ella, por eso te pedí que cuando tengas tiempo vengas a verme.

—Para mi día libre aún faltan unos días—respondí mirando por la ventana el gran jardín de la gran mansión—¿Tan grave es?

—Solo te pido que no te confíes de ella, ignorarla es lo mejor por ahora, y lo más importante; aleja a tus hijas de ella.

Eso me hizo temblar de miedo. Colgué la llamada quedando en qué la iría a ver el día de mi descanso. En la cama daba vueltas con todo lo acontecido con ella, tiene la idea equivocada de que el señor Li tiene o siente algo por mí y no sé cómo desligarme de ese mal entendido.

Reconozco que él es muy guapo y cada vez que está cerca de mí no evitó temblar por su cercanía. Además Kurogane recién tiene poco tiempo de haberse ido y sería una falta de respeto a su memoria. Qué pensarían mis hijas de mí, en especial Kaori.

Mis ojos empiezan a cerrarse cuando el ruido de un auto me levanta, me acerqué a la ventana observando al señor Li bajando de su auto dispuesto a entrar a la casa pero en vez de eso hace algo que acelera mi corazón:

Se acercó frente a mí ventana mirándola fijamente, es como si supiera que estaba ahí a pesar de que todo está oscuro. Mi corazón no deja de latir sintiendo que voy caer de rodillas. Suspiró profundamente para luego alejarse hasta verlo que entró a la casa.

Me llevé una mano a mi pecho tratando de tranquilizarme pero era imposible. Fui a la pequeña cocina que hay en ese lugar tomando un poco de agua, es imposible que él hubiera sabido que estaba ahí. Verlo con su traje de negocios y tan guapo hizo que me sonrojara sintiendo por un momento que él y yo…

—No Sakura, eso es descabellado de pensar—susurre regresando a mi habitación—. Pero es imposible dejar de mirarlo y no sentir nada cuando me da esa bella y tierna sonrisa.

Cerré los ojos y en toda la noche sus bellos ojos ámbar estuvieron en mis sueños.

•••••

Al día siguiente estaba lista para llevar la charola de desayuno para ella cuando él ingresó a la cocina mirándome profundamente. Cada vez que hace eso me siento tan indefensa que no sé cómo huir de esos ojos. Me sonrió para luego decirme que él mismo llevará la charola.

Sentí alivio al oír eso pero luego recordé lo que me contó Tomoyo para luego comprobar algo. Me ofrecí a acompañarlo a su habitación por si se le ofrecía algo.

—Gracias Sakura—me sonrió—. No sé qué sería de mí si no estás a mi lado.

Mi maldito corazón volvió a latir sin evitarlo, solo sonreí para ir con él a la habitación de Akiho, desde ese momento pienso llamarla así en mi mente. Lamentablemente por culpa de las clases sociales es que tengo que tratarla con respeto, aunque no lo merezca.

—Buenos días Akiho—saludo el señor Li entrando con la charola, oírla chillar por su presencia me hizo querer vomitar en su cara—. Cómo te sientes.

𝘋𝘦𝘫𝘢𝘮𝘦 𝘈𝘮𝘢𝘳𝘵𝘦Место, где живут истории. Откройте их для себя