¿ME EXTRAÑASTE?

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YŪJI POV

Mi expresión se distorsiona un poco al ver la pila de ropa de bebes y juguetes alrededor, y no es para menos si es una tienda dedicada a ello. Tampoco es que tenga algo en contra de los bebes, pero no soy una persona a la que realmente le interese este tipo de tiendas.

- ¿Qué te parece este? - pregunta Megumi, sosteniendo entre sus manos un pequeño de vestido en tono rosa con detalles en blanco.

- Creo que deberían limitar tu tarjeta o terminaras comprando el lugar. - digo al ver que su cesta esta al tope. Además si mi memoria no me falla, los gestantes se quejan continuamente sobre el dolor e inflamación de sus pies por lo que Megumi no debería ser capaz de seguir con este ritmo por mucho tiempo. O al menos desearía que no me hubiese incluido en semejante tortura.

- Jajaja. Muy gracioso. - refunfuña mientras deja el vestido de nuevo en su lugar. - Quizás debería optar por los colores más vibrantes. - se va hacia otra sección de la tienda mientras yo solo atino a suspirar.

- Recuérdame por qué Suguru no esta haciendo esto contigo. - pregunto.

Rueda sus ojos, aunque es evidente que aprecia mi compañía. - Esta ocupado esta semana, las cosas estan un poco difíciles. - responde.

Esta vez soy yo quien pone lo ojos en blanco. - Claro, trabajo. - respondo. - ¿Y cuál es la causa de que el gran clan Gojō tenga tanto trabajo? - bromeo.

Megumi dejas las prendas que sostiene y vuelve a verme. - Yūji, lo que pasó la otra noche fue muy serio. No entiendo como es que estás tan tranquilo. - amenaza con su mirada a su guardaespaldas, como si este fuese a reportar dicha conversación con su esposo, o peor aún con Satoru. - Si quieres verlo de forma simple, los otros dos clanes nos han declarado la guerra. - su ceño se frunce y su aroma se torna un poco amargo.

Estoy lo suficientemente agradecido de no haber respondido más que un solo mensaje de Satoru hace dos noches, informádole que, si no me quitaba a la docena de guardaespaldas, nunca más me acostaría con él. Fue una mentira piadosa porque sinceramente no pensaba cumplir con dicho trato, pero parecía una forma efectiva de obligarlo hacer lo que quería.

- Lo sé. Pero vamos, hemos visto y escuchado este tipo de mierdas desde que somos niños. ¿Qué se supone que es diferente ahora? - cuestiono. - Este clase de cosas pasan en Tokio todo el tiempo. Que Satoru sea el blanco más importante por obvias razones, no hará que nuestras vidas se detengan. - digo sin mayor preocupación.

Megumi me mira de reojo. - Creo que él está haciendo esto por ti. - vuelve su vista a las prendas frente a él.

- ¿Por mí? - sonrío nervioso. - Lo único que Satoru quiere hacer por mí es tirar un bollo al horno y encerrarme en un castillo para hornearlo y poder cumplir su contrato al tener una esposa y un heredero. No, gracias. Me rehúso a ser utilizado como una simple incubadora. - cruzo mis manos frente a mi pecho.

- Si lo dices así, entonces estoy más preocupado por ti, Yūji. Él no va a aceptar un no como respuesta. - suspira y puedo ver la preocupación reflejada en sus orbes azul profundo.

- Es solo sexo. Deje eso en claro desde el principio. - respondo sin pensar. La he cagado.

Abre sus ojos de par en par. - ¡Lo sabía! - me da un golpe en el hombro.

- Auch. - acarició la zona donde su mano impactó. - Solo fue mi celo, y un par de veces más. - me sonrojo al recordar aquellos intensos encuentros.

- ¡Yūji! - exclama sorprendido.

- ¿Qué? - río. - Sé que estoy algo demente por acostarme con Satoru. Definitivamente. ¿El sexo es maravillosos? Desgraciadamente, eso es un sí. - vuelvo a reír.

VOTOS MORTALESWhere stories live. Discover now