Capítulo 1 - ¿Un café?

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La cafetería del hotel estaba a rebosar.

Algunos fans avispados habían conseguido averiguar por las stories de instagram la agenda de sus concursantes favoritos, y cuchicheaban con risas nerviosas el plan para acercarse y pedir la ansiada foto.

Naiara estaba apoyada en la barra, tamborileando con sus uñas nuevas sobre la madera, esperando su turno. El ambiente en la mesa había sido...raro, y no sabía si necesitaba con más urgencia un café, o despejar la mente.

-Dos cafecitos con leche de avena, por favor, jefe!

Naiara sintió el calor corporal de Lucas acercándose por detrás incluso antes de que hablara. Cosas de haber convivido 24 horas durante tres meses, suponía...

-Marchando! - respondió el camarero, levantando el dedo índice.

Lucas se abrió paso hasta la barra, y coló su cuerpo lateralmente, apoyando su brazo derecho en la madera, casi interrumpiendo el tamborileo nervioso de su amiga.

Ambos miraron fijamente la cafetera funcionar a pleno rendimiento, como tantas veces en la academia, pero esta vez sin ningún contacto físico, y sin ninguna broma o canturreo, la situación era demasiado rara.

Apenas habían pasado tres semanas desde la gala final, pero a decir verdad parecía que habían pasado tres vidas. Tuvieron la oportunidad de estar juntos los dos primeros días. Entre entrevistas, fans, llamadas de familiares y reencuentros varios, apenas habían podido hablar, pero se habían jurado hablar todos los días, escribirse a cada rato y no cambiar nada de su relación. Un abrazo, un taxi, y un luego te llamo... y ya nada había sido igual.

Hasta que por fin, había llegado el día en el que habían coincidido en tiempo y espacio. Gracias a Alex y Paul, sus hermanos del alma, habían conseguido coordinar horarios para comer juntos los cuatro, como en los viejos tiempos. Solo que no eran los viejos tiempos, nada había cambiado y a la vez, todo había cambiado.

-¿Podemos hablar?

Luchas había estado todo el segundo plato reuniendo valor para hacer esa pregunta, así que decidió hacerla de golpe. En la mesa había intentado establecer contacto visual, se podría decir que era un experto en ese arte, pero sin éxito. Naiara se había pasado la comida intentando seguir las bromas de Alex y Paul, con sus habituales desconexiones mentales, más frecuentes desde que salieron de la academia.

-Aquí no.

Contestó de manera quizás demasiado seca.

-Nos mira mucha gente, no me apetece que cotilleen y que luego lo suban a redes.

Explicó de manera más calmada.

-Dónde, entonces?

Preguntó Lucas. Al fin un resquicio de comunicación. Ni whatsapp para nada más que monosílabos, ni directos de instagram, ni menciones públicas en redes sociales. Estaba a punto de enviarle una paloma mensajera.

Naiara cogió su móvil, abrió la aplicación de notas, y escribió rapidamente "412, en 15 minutos, yo subo primero". Comunicarse mediante notas en el móvil les había resultado muy útil para escapar de las cámaras apenas unas semanas antes, y ahora, en el mundo real, tenía una nueva utilidad, escapar de los oídos curiosos que quisieran saber más de lo que debían.

- Los cafés, chicos!

El camarero les sobresaltó mientras miraban la pantalla del móvil, como si una cámara hubiera girado de repente en aquella pequeña terraza en la que pasaban la sobremesa.

-Gracias, pago yo.

Naiara sonrió amablemente al camarero, mientras pasaba la tarjeta por el datafono.

Lunai - EclipseWhere stories live. Discover now