Capítulo 2 - Una charla pendiente

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-Hola, pasa

Naiara le dedicó una sonrisa tímida, mientras apartaba su cuerpo para cederle el paso al interior de la habitación.

Lucas arrugó la frente, ladeando la cabeza y buscando la complicidad de su... ¿amiga? ¿hermana? ¿compañera de litera? Había bautizado su relación tantas veces en los últimos días de manera superficial, que todo sonaba irónico. La paradoja es que si le pidieran que la definiera con total sinceridad, él tampoco sabría hacerlo.

En cambio, la definición de ella en una entrevista para con él, le había tocado hasta la última fibra. Su todo. Su todo era mucho. Mucho más incluso de lo que él podía asumir en ese momento. Sabía que había sido importante, que había sido su pilar fundamental durante los tres meses que había durado el encierro, incluso antes de estrechar su relación, pero su todo? Eso era muy loco, y muy valiente expresarlo, pero es que ella era muy valiente, siempre lo había sido. De hecho era la persona más valiente que nunca había conocido.

-¿Estás dudando? Pasas o te vas? Todavía nos ve alguien...

Preguntó Naiara mientras daba un pequeño puntapié al suelo. Era valiente, sí, pero también impaciente. Lucas sonrió

- Hola loki, paso, pasooo

Lucas avanzó, dándole un beso en la cabeza mientras rodeaba su cuello con el brazo, para retirarlo rápidamente. No se podía considerar un abrazo, aún no se atrevía, por muchas ganas que tuviera. No sabía como iba a ser correspondido, y después de los días eternos que había sufrido sin poder estar con ella, no se iba a arriesgar a encontrarse un nuevo iceberg en la ruta.

Para su sorpresa, lo que recibió fue una cálida caricia en las costillas y una leve inclinación de cabeza para acoger su beso más cómodamente. Es difícil perder las viejas costumbres, supuso. La diferencia entre tener química o no, es la manera en que los cuerpos se acoplan, sin explicación, de una manera natural, por mucho que cambien las situaciones.

- ¿Tú te has terminado tu café? El mío debe estar helado, entre unas cosas y otras...

Preguntó Nai, mientras daba un rodeo por la habitación, sin saber muy bien hacia donde. El corazón le iba más rápido de lo que quería, y sabía que él lo iba a notar. Durante meses, Lucas sabía exactamente cómo se encontraba en cada momento, sabía si estaba nerviosa, malhumorada, feliz, excitada...esto último lo sabía especialmente, el muy cabrón. Hoy iba a saber que estaba demasiado nerviosa para hacerse la fuerte, así que buscó su red de seguridad. Cogió su nana, su manta de bebé que tocaba de manera reconfortante cuando necesitaba calma, se descalzó y se sentó en el lateral de la cama mirando hacia el chico, que esperaba pacientemente a que ella se acomodará mirándola en silencio.

- Sí, sí, lo acabé. Pero podernos tomarnos el tuyo a medias, total, he dormido fatal y estoy muerto de sueño...

Lucas cogió la taza que había quedado olvidada en la mesa, le dio un sorbo y se sentó frente a Naiara en la cama, acercándole la bebida, que ella rechazó con un pequeño gesto de la mano que frotaba la nana rapidamente.

- ¿Qué tal por casa? ¿todo bien? ¿tus padres? ¿tu hermano?

Vaya, vamos al grano... pensó Lucas, que dio otro sorbo, pensando la respuesta y anticipando la pregunta que vendría después.

-Bien, bien. Mis padres ya volaron ayer para Uruguay, todo bien y eso.. Mi hermano te manda recuerdos.

- Jo, espero que vuelvan pronto. Por lo menos has podido estar con ellos unas semanas - la voz de Naiara era tierna cuando hablaba de la familia.

-Sí! Para verano espero que vuelvan, o poder ir yo para allá.

La respuesta de Lucas quedó flotando en el aire ya cargado de la habitación, al igual que la promesa, que habían firmado dentro de la academia incluso por escrito, de ir juntos de visita a su tierra natal. Lo fácil que parecía todo apenas unas semanas atrás...

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⏰ Last updated: Feb 29 ⏰

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Lunai - EclipseWhere stories live. Discover now