VOTOS MORTALES

MÍO

YŪJI POV

Son las tres de la mañana cuando siento a Satoru invadir mi cama. - Ya te dije que no entres cuando se te dé la gana, también necesito privacidad. - reclamo medio dormido.

- Lo siento amor, se me hizo tarde resolviendo unos asuntos. - susurra.

No quiero ni imaginar la clase de trabajo de la que hable. - Tal vez deberías conseguirte un trabajo de nueve a cinco como la gente normal. - Lo escucho reír mientras se acomoda detrás de mí, su mano rodea mi cintura descansando en mi estómago, su pecho esta pegado a mi espalda y puedo sentir su calor. Su aliento huele a whiskey. Pero hay un aroma que no logro reconocer y me molesta. Me retuerzo en sus brazos, sus ojos celestes están fijos en mí mientras yo, aturdido, abro los míos.

Me acerco un poco a su cuello y lo olfateo. ¿Es la esencia de alguien más? ¿Un omega? Y está en todo su cuerpo. Lo empujo y salgo de inmediato de mi cama.

- ¿Cómo te atreves? - grito furioso.

- ¿De qué carajo hablas? - pregunta. Confusión es una expresión extremadamente rara de ver en Satoru, pero es justo, así como luce en este momento.

Acaricia su mentón mientras ladea su cabeza. Parece no comprender mi reacción.

- ¿Por qué esta el aroma de otro omega impregnado en ti? - frunce su ceño, y luego pones sus ojos en blanco. Este maldito tienes las bolas para hacer eso ahora. Estoy tan molesto y eso que ni siquiera he escuchado su estúpida explicación.

- Tuve una reunión esta noche y parece que el aroma de alguien se me pegó. - responde con tranquilidad.

- ¿Te acostaste con ella? - exijo saber mientras siento como mi corazón se estruja.

Sus cejas se enarcan con sorpresa. - ¿Celoso, cariño? - sonríe.

¿Yo? ¿Celoso? ¡No me jodas!

- Somos sexo ocasional. ¿Por qué debería estar celoso? Sin embargo, me rehúso a que te metas a mi cama cuando hueles a alguien más. Así que levanta tu pvto trasero y lárgate ahora mismo. - grito de nuevo.

- ¿Aún tratas de convencerte de que solo somos eso? - cuestiona y su aroma un tanto picante ha comenzado a liberarse. - Si tanto te molesta que huela a otro, ven e imprégname con tu aroma. - extiende sus brazos invitándome.

- ¡Ya dije que quiero que te vayas, Satoru! - repito esta vez liberando mi aroma.

- No me iré. - responde cortante mientras palmea la cama.

Si tengo que salir de este lugar solo porque este imbécil no quiere dejarme en paz, juro que en su pvta vida volverá a saber de mí.

Tomo el vaso con agua que esta en mi mesa de noche, y sin importarme derramar el líquido, lo levanto y un gruñido bastante sonoro escapa de mi boca.

- Oh, cariño. No quieres hacerme enojar. - advierte. La tensión en su cuerpo es evidente.

- No me provoques. - replico apretando el cristal con más fuerza.

- No lo harías. - me reta con una arrogante sonrisa adornando su cara.

- ¿Estás seguro? ¿Has olvidado de quien soy nieto? - guarda silencio por un momento.

- No me acosté con ella, si es lo que te preocupa. - responde contemplativo.

- Y estoy seguro que tampoco dormirás conmigo esta noche. ¡Así vete de una vez! - vuelvo a gruñir.

Mi respiración es pesada, y siento mi corazón a punto de salir de mi cuerpo por la adrenalina. Una tormenta de ira invade cada centímetro de mi piel. Él solo pensar que Satoru haya estado con alguien más solo aviva este sentimiento de incomodidad. Que ridículo.