04. Almuerzo

89 20 34
                                    


04.

Kageyama sonrió ante su respuesta y una risa se escapó de sus labios llamando la atención del castaño.

—Bien, espero que no te quejes luego.

—¿Por qué me quejaría? —lo miró confundido antes de que siguieran avanzando, pero fue entonces cuando Kageyama lo tomó del brazo y lo jalo para que cruzara otra pista de doble carril con prisa—Oye que te pa-

No terminó de hablar porque tan pronto como llegaron al otro lado de la calle el pelinegro lo metió a un bus lleno de personas, que sin contar lo mal estacionado que estaba arrancó apenas puso un pie en su interior. Agarrado del barandal como si eso fuera a impedir que cayera hacia afuera pudo respirar solo cuando vio la puerta cerrarse detrás de él.

—Oye tu-

—¡Pasaje!—dijo con fuerza el chofer del bus estirando su mano al verlos subir a los dos.

Oikawa se quedó estático a un lado del pelinegro que sacaba su billetera para cancelar sus pasajes, todo era muy ruidoso desde el fuerte sonido de la radio, hasta el pitido de los carros que se acababan de atorar en el tráfico.

—Avanza —le dijo Tobio a un Oikawa que no quería moverse de donde estaba— Apura! —le dijo con un tono más alto haciendo que el mayor asintiera con lentitud para ir detrás de él abriéndose paso entre las personas que estaban de pie.

—Que se supone que... hacemos —dijo el castaño mirando a ambos lados, hacía un calor increíble por la cercanía de las personas y estaba sintiendo olores que desearía no sentir.

—Estamos yendo al lugar que me dijiste ayer.

Oikawa lo miró confundido antes de que se aferrara nuevamente a los pasamanos al sentir el bus frenar con fuerza.

—¿Esta era la única manera? —le preguntó casi con desesperación, no estaba seguro si le había dicho que era la primera vez que andaba en "esto" pero definitivamente no iba a volver a uno—¿Esto usas todo los días?

—No —negó con simpleza— Pero el tren no nos llevaba al sitio donde querías.

—Pues dudo que esto nos deje por ahí —hizo una mueca cuando sintió a las personas empujarlo para que se arrimara más a un costado para que pasaran.

—Bueno de ahí tendremos que caminar unas cuadras....

Oikawa lo miró sin creer lo que decía.

—¿Por qué no me dijiste para irnos en un taxi? —soltó un tono de indignación en su voz que corrigió apenas se dio cuenta— Pero no es que me moleste o sea...

—Esto nos sale mucho más barato que un taxi—lo interrumpió a la mitad haciendo que Oikawa desviara la mirada.

Intentó verle el lado positivo a la situación, claro que lo hizo, pero cada cosa sumaba un punto en contra a su comodidad exclusiva.

—¿Estás seguro, que esto es seguro?—dijo el castaño sin despegar la mirada del azabache.

—¿Por qué crees que es inseguro?—le respondió con total tranquilidad.

—No lo sé, tal vez... porque pareciera que está compitiendo con otros buses y que moriré joven por culpa de un accidente.

El ojiazul se rio al escucharlo, era la cosa más tonta que había escuchado aunque tuviera razón en algún sentido.

—No te preocupes esto es muy norm... —perdió las palabras de la boca cuando el bus frenó con fuerza y sin aviso alguno. Todos tambalearon en su propio sitio pero fue Kageyama el que no tuvo tiempo de agarrarse por estar distraído que chocó con el castaño que lo tomó por el brazo aferrándose solo con una mano al pasamanos para que ambos no se cayeran.

El Tren De Las Nueve - Oikageحيث تعيش القصص. اكتشف الآن