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julio, 2023
Carolina
El sonido de mi celular hace que la música del auto se detenga. Suelto un suspiro por eso, estoy tan cansada que ni siquiera tengo ganas de hablar. Atiendo dejando el manos libres para poder seguir manejando cuando el semáforo cambie a verde.
—Amor, ¿qué andas haciendo?— la voz de mi mejor amigo inunda mi auto.
—Hola Lu, manejando, ¿pasó algo?— que Lucas me llame "Amor", no es buen augurio porque seguro algo me va a pedir. Y nunca sé con qué va a salir.
—No no, pero no contestaste en el grupo así que te llamo. Mirá que el asado se hace, así que más te vale venir.— y ahí está la razón de tanto cariño repentino.
El bendito asado por el cual jodí a mis amigos hace unos días atrás. Claro que se hace y claro que no tengo ganas de ir porque estoy agotada de andar yendo y viniendo todo el día por todo Buenos Aires. Lo único que deseo es llegar a mi casa, darme un buen baño de esos reparadores y dormir. Pero veo que no va a ser posible porque no hay excusa alguna que valga hoy para mis amigos.
—Sisi, obvio que voy. Después hablo con las chicas a ver qué onda, que llevo y eso. ¿Somos los de siempre, no?— mientras hablo, acelero el auto porque el semáforo por fin se dignó a cambiar.
—Emm... no.
—Desembucha, dale.— pido y escucho una carcajada del otro lado de la línea.
—Viene uno nuevo, todavía no firmó pero está ahí, lo conocemos de la selección y bueno, para integrarlo.
—Tira nombre, amor, no soy akinator.— digo obvia y finalmente me dice que se llama Facundo, nada más.— Bueno, nos vemos en un rato.
—¿Podes no demorar veinte años y venirte en un rato?— pregunta y frunzo el ceño. Veo que estoy llegando a la cochera así que le pido que me banque que estaciono y seguimos hablando.
—Bueno, si. Me pego una ducha rápida y voy.
Me contesta que me va a estar esperando y después de despedirnos corto la llamada. Guardo mi celular en el bolso y salgo del auto, lo bloqueo y camino hasta el ascensor para subir al departamento.
Dejo mis cosas en el perchero y me descalzo. Camino hasta el baño para darme mi merecida ducha. Cuando voy a abrir la canilla para que el agua se empiece a calentar mientras me desnudo, noto que no sale nada de agua. Voy a la cocina y abro la canilla, nada. No tengo agua. Busco mi celular en la cartera e ingreso al grupo del edificio, avisaron del corte hace cuarenta minutos y dicen que no va a volver hasta las diez de la noche. Largo un suspiro frustrada y le hablo a Lucas.
