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Los ojos de Lucas no paraban de viajar a ella.

Estaban desayunando y Naiara tenía la cabeza casi metida en el bol de yogur.

-Comete eso. -Soltó Lucas finalmente. -No me comés nada últimamente.

Naiara siguió moviendo la cuchara sin llevársela a la boca.
Lucas ya no sabía si lo hacía por picarlo.

-Parate, hablo en serio. ¿O tengo que dartelo como a los nenes?

Se sentó junto a ella y tomó la cuchara.

-Déjame en paz, Lucas.
-Vaya, si hablás y todooo.
-Vete a la mierda, gracias.
Lucas sonrió.

-Que viene el avioncitoooo. -Tomó la cuchara y la dirigió a la boca de Naiara. -Abrí. -Naiara rodó los ojos y apretó los labios. -Abrí ahora. -Ante la negativa, Lucas la manchó la nariz y mejillas del yogur.
-¡Lucas!
-Dije abrí y no colaboraste.
-Me voy a maquillar.
-No hasta que te comás el maldito yogur.
-¿Quién te crees? ¿Mi madre?
-Dejá esta actitud, boluda. Comé y listo.
Dejó el cuenco sobre la mesa con un golpe seco.

-Come, Nai. -Esta vez fue Paul. -Porfa.

Naiara se llevó tres cucharadas a la boca y tragó.
-¿Contentos?
-No, Naiara. No estoy contento. -Lucas suspiró y se levantó para llevar sus platos y meterlos en el lavavajillas.

Naiara se sintió mal por un momento.

Le había confesado lo que sentía por él y ahora, lo trataba mal.
Se estaba comportando como una niña pequeña.

Se levantó decidida y corrió hacia él.

-¿Me coges? -Preguntó con voz de niña pequeña.

Lucas sonrió.

-1, 2 y 3. -Naiara saltó sobre su espalda y él la cogió sin esfuerzo. -¿Nos damos una duchita?

Naiara se rio.

-Venga, va.

Cogieron ropa limpia (sin bajarse de su espalda) y entraron en las duchas.

Según cerró la puerta, Lucas dejó a Naiara en el suelo.

-Te quiero. -Soltó entonces.
-Ya me lo imaginaba.
-No, Naiara. Te quiero como tú me quierés a mí...
-¿Qué...?

Lucas asintió.

-Y no me gustá. -Sus ojos comenzaron a humedecerse. -No me malinterpretes... esto está muy mal. Claudia...
-Lo sé.

Naiara lo abrazó sintiendo sus propias lágrimas y Lucas no dudó en devolverla el abrazo.

-Cuando te ponés en modo fría y distante conmigo, yo no sé qué hacer. Me duele tanto...
-Es mi mecanismo de defensa, lo siento mucho. Es que me han hecho mucho daño y yo...
Bajó la mirada.

-Hey. -Lucas la obligó a mirarle. -Yo jamás te dañaré, ¿de acuerdo? Te lo prometo.

Naiara sonrió y dejó un beso en su mejilla.

***

Noche de gala.
Lucas podía no quedarse esa semana.

Naiara estaba feliz de tener a Paul si eso pasaba pero... No sabía que pasaría con Lucas tras salir de la academia y esperaba poder tener 1 semana más en la que las cosas no cambiaran.

-Loquiiiiiiii.

Lucas se abalanzó sobre ella.

Todos estaban acostumbrados a los arranques de amor de Lucas y Naiara estaba contenta porque parecían apreciarlos.

La encantaba que trataran así de bien a Lucas.

-Te quiero, wachita.
Lucas dejó un beso tan cerca de sus labios que Naiara se puso muy nerviosa.

Lucas se rio de ella.

-Imbecil. -Soltó entre dientes.
-¿Qué?
-Que también te quieroooo.
-Mentirosa.

Fue el turno de Naiara de reírse.

-Noche de galaaaaa.
-¿No estás nervioso?
-Tanto que me cago encima.
-¡Lucas! ¡Eres un bruto!
-Y así te gustó, boluda.

Naiara soltó una risita nerviosa.

-No te lo crees ni tú.
Lo empujó y se apartó.

-¿Desayunamos?

Naiara asintió.

-Hoy me he despertado con hambre.
Los ojos de ambos conectaron y se rieron. -Somos como dos putos niños pequeños, loco.

Lucas dejó un beso sobre su cabeza y caminó hacia la cocina seguido de Naiara.

-¿Yogur?
-Tostadas.
-Marchando.
-¿Me las vas a hacer tú? Ayyyyyyyyyy, que caballeroso. -Lo besó en la mejilla. -Voy haciendo los cafés.
-Que caballerosaaaa.

Naiara se rio.

-Idiota.

***

-Quiero quedarme yo, obviamente. Todos en mi lugar, pensarian igual. Es más, apuesto a que lo hacen. Pero estoy tan triste porque uno de nosotros se va a ir esta noche... Es que ha llegado un punto en el que somos muy íntimos, ¿sabes? Y pensar, 1 semana con uno menos... se me hace bola. -Le dijo Ruslana. -No sé, tía. Esto es como una puta burbuja y me gusta que sea así.
-Me siento igual.
-Es que pensar. 1 semana y se acaba... Es que te juro que se me hace un nudo en la garganta. Y eso que estoy deseando ver a los demás y a mi familia.
-Me pasa. Es una experiencia que no volverá a repetirse... Y si lo pienso demasiado, me pondría a llorar. Aunque los eche de menos a todos.

Ruslana abrió los brazos y Naiara se acurrucó en ellos.

-Ojalá y se quede Lucas. Necesitas ese apoyo aquí y me alegra que lo tengas.
-Gracias, Rus.

***

¡Lo habían salvado! ¡Los profesores lo habían salvado!
Abrazó a Naiara levantándola y dando vueltas con ella.

-¡No me lo puedo creer!
-Te lo mereces, Luki.
-¡Estoy eufórico, joder!
-Yo también pero, ¿me bajas? Me estoy mareando.

Lucas se rio y depositó a Naiara sobre el suelo.

-Perdoname.

Naiara se rio.

-Idiota.

Se quedaron mirando durante un rato.

Repentinamente, había un calor sofocante en el ambiente.

-Em... me voy a la ducha.

Naiara fue a moverse pero Lucas la tomó suavemente del brazo y la detuvo.

-¿Lucas...?

Sus manos viajaron a su cintura y la sostuvo contra sí.

-Te quiero tanto que me estoy volviendo loco. -Dijo cerca de sus labios.
-Yo a ti también, Luki. Pero esto no está bien, ya lo hemos hablado.
-¿Pero no podemos apartar a un lado eso por 1 mísero día? Te necesito, más que nuncá.

Naiara negó.
-No vamos a estropear nuestra amistad por un mísero día, Lucas.
-Nai...
-No.

Se alejó de él y Lucas sintió una presión en el pecho.

-Tiene razón, Luki. -Paul posó una mano sobre su hombro. -Si hubieseis permitido que ocurriera... no volveriais a ser capaces de miraros a la cara. Y probablemente tú la culparías. ¿Quieres acabar así con ella en la última semana?
-Joder, loco. Es que no puedo más...
-Podrás. Por ella.

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