9.

431 42 2
                                    


— ¿Y qué piensas hacer? —preguntó Pedro.

— Si llegamos y Félix aún no ha llegado, tendré tiempo y tú te irás por unos minutos mientras arreglo toda la casa. Y si llega antes, tendré que afrontarlo todo.

— ¿¡Quieres que me vaya por unos minutos con mi maleta?! —exclamó Pedro incrédulo.

— Sí, eso mismo.

— Vaya, vaya, vaya, cómo te tiene Joaolito —se burló— En la palma de su mano.

El alfa ignoró el comentario de su hermano — Voy a pagar la cuenta y nos vamos.

(–)

Después de pagar la cuenta, los hermanos se dirigieron hacia la casa. Durante el trayecto, Cancelo estaba preocupado, y Pedro no podía dejar de hacer comentarios sarcásticos sobre la situación.

Al llegar al apartamento, se dieron cuenta de que Félix aún no había regresado. Cancelo respiró aliviado, sabiendo que tendría unos minutos para preparar todo antes de que llegase.

— Muy bien, hermanito, aquí es donde te vas.

— ¿Estás seguro de esto?

— Sí, necesito que te vayas por unos minutos. Prometo que será rápido.

Pedro suspiró resignado y salió de la casa, llevándose consigo su maleta. Mientras tanto, Cancelo ingresó al apartamento, listo para poner en orden todo antes de que Félix regresará.

Lo primero que hizo cancelo fue eliminar todo rastro de olor en la casa que fuese de su hermano y tambien en él. Después se puso a arreglar la habitación de invitados con todo el desorden que había dejado pedro.

Mientras tanto, el menor se fue caminando con su maleta hacia un café cercano para pasar el tiempo. Sabía que iba ser largo.

Después de unos diez minutos, escuchó el sonido de la cerradura al girar y la puerta se abrió lentamente. Era Félix.

— Hola — Le saludo y le sonrió.

Cancelo devolvió el saludo con una sonrisa

— Hola, mô. —respondió, acercándose para darle un beso en la mejilla—. ¿Cómo estuvo tu día?

Félix dejó sus llaves sobre la mesa y se quitó la chaqueta antes de responder.

— Bastante bien. Estuve jugando tenis toda la mañana, y cuando fui a a almorzar se tardo mucho. Por eso me tarde. —dijo, acercándose para abrazar a Cancelo.

— Oye tengo que decirte algo. — Le dijo mientras juega con los pelos ondulados del omega

— ¿Qué es?

— Es que Pedro va venir, a quedarse... unos tres días por ahí...

— Pues... es tu casa... — João Félix definitivamente no sabía como responder.

— Está también es tu casa Joa. Y te lo estoy preguntando por lo que ya sabes que.

Félix se sintió bastante pequeñito en los brazos de Cancelo por la respuesta que le había dado.

— Pues si. Obvio, es Pedro.

— ¿No pasa nada?

— Si sabe guardar secretos.

— Me encargaré que no hable.

Después de esa conversación, Félix se sintió un poco incómodo con la idea de la visita de Pedro, pero trató de no mostrarlo demasiado. Se separó del abrazo de Cancelo.

— Me quiero ir a bañar, estoy sudado y de seguro que huelo mal.

Mientras tanto, Pedro finalmente llegó y fue recibido por Cancelo.

— Media hora. En un café de la esquina con una maleta. ¡¿Sabes como me miraba la gente?! Como un loquito.

— Ya deja de quejarte. Después te lo pago.

Después de hablar un rato con su hermano, Cancelo decidió ir a buscar a Félix a la habitación, ya que Pedro estaba ansioso por jugar al Fifa y él no sabía cómo hacerlo.

— ¿Estás bien? —preguntó, viendo a Félix sentado en el borde de la cama, vestido pero con el pelo mojado.

— Sí, solo un poco nervioso por la visita de Pedro, pero estoy bien. —respondió, tratando de sonar convincente.

Y no era una mentira, se podía percibir el aroma nervioso de Félix.

— Solo es Pedro. Te lo aseguro. —Cancelo tomó una toalla para secarse el pelo y empezó a molestar a Félix.

— No con el pelo... — Félix soltó una risa nerviosa y se defendió de los ataques juguetones de Cancelo con la toalla. Ambos se enredaron en una pequeña pelea de cosquillas.

— Deja de molestar, ¡tengo que secarme el pelo! — exclamó Félix entre risas, intentando liberarse de las cosquillas.

Cancelo finalmente dejó de molestarlo y se sentó junto a él en la cama.

— ¿Te demoras mucho? Pedro quiere jugar Fifa.

— No me demoro.

autocontrol  |  cancelixWhere stories live. Discover now