capitulo 2

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Ya ha pasado una semana desde que lo vi y sigo sin saber quién es, pero prefiero no prestarle atención ya que no es algo a lo que deba interesarme tanto, vio a cientos de personas todos los días y no es como que me importe mucho saber de sus vidas.

Mi teléfono empieza a sonar y enseguida me doy cuenta que es mi madre.

―Hola mami―. con una sonrisa.

―hola, cariño―. ― ¿Cómo... como has estado? ―.

―no me agrada el tono en que lo dice, al contrario, me preocupa.

― ¿estas bien? ―. digo preocupada.

―sí, po... porque no lo estaría―.si voz se escucha entrecortada.

―si tienes un problema puedes decírmelo―.

―no es nada cielo, estoy bien―.

―mamá sabes que odio que me mientan―. ―y en especial si eres tú la que lo hace―.

―me he tomado un calmante, talvez sea eso― suelta una pequeña risa.

―ya habíamos hablado de eso―.

―prometiste que ya los tomarías―. ―es por eso que dejaste de asistir a terapia―.

Hace ocho años mamá se enteró que papá le habría sido infiel con una mujer que conoció en un viaje de negocios, intento mantenerlo en secreto por un tiempo hasta que un día a mi mamá le enviaron fotos donde se veía a él con otra tomados de las manos y en momentos más íntimos.

Cuando decidió confrontarlo él no lo negó, al contrario, admitió que ya llevaba un tiempo haciéndolo y su excusa era que mamá priorizaba más su trabajo que a él y que no le quedo de otra que buscar a alguien que le diera la atención que él quería, además nos dijo que prefería más a su otra familia que a nosotras, que ellos si valían la pena.

Fue muy duro para ella, todas las noches la escuchaba llorar hasta el punto en el que se quedaba dormida, empezó a descuidar su trabajo, había noches en las que llegaba alcoholizada a casa, no comía y su vida era un pequeño frasco de tranquilizantes.

Intente de mil maneras ayudarla, le encondía las pastillas y el alcohol, pero siempre lograba conseguir más, incluso una vez decidí convencerla de que las dejara que se había vuelto dependiente de ellas, pero, ella lo negó diciendo que las podría dejar cuando quisiera, aunque era mentira.

Un día mientras regresaba del colegio, la encontré de una forma en la que un hijo querría ver a su madre; estaba inconsciente en el suelo y sangre al lado de ambas manos, por un momento quede en shock y pensé lo peor, llame a una ambulancia y les Conte lo que había pasado, llegaron lo más rápido posible, cuando llegamos al hospital, la llevaron a urgencias, mi abuela y yo nos quedemos en la sala de espera.

Horas mas tarde se acerco una doctora y nos informo que por suerte pudieron detener el sangrado, pero que la mantendrían ahí para poderla estar checando constantemente.

Cuando regreso a casa, la abuela le sugirió que fuera a terapia, al principio se negó, pero, finalmente accedió e iba dos veces por semana, cuando ya estaba bien o al menos ella nos decía eso, dejo de ir y aunque yo proteste, sabia que no lo podía obligar a seguir yendo si ella no quería, así que no me quedo de otra más que resignarme.

―es por el trabajo, me tiene estresada―.

―pero juro que será la única―.

―bueno, pero le diré a la abuela que te vigile más de cerca―.

―está bien cariño, no te preocupes por mi―.

Que no me preocupe por ti, es broma, casi te pierdo.

MARIPOSAS EN INVIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora