EVERYBODY TALKS

127 23 9
                                    

¿Se enteraron? Entre los países se han corrido cientos y cientos de rumores a lo largo de los miles y miles de años que han existido. En tiempos muy antiguos, aquellos que entonces existían y tenían verdadera importancia para con respecto a su pueblo no tenían el más mínimo tiempo para distraerse con aquellos cuchicheos, pero eso no evitaba que los humanos hablaran y echaran a volar su imaginación. Sin comprender realmente qué eran o porqué existían, o cuál era su rol en este mundo, poco a poco pasaron de ser mismísimos dioses o ángeles a simples marionetas, muñecos a los que vestían bien y hacían sonreír para mantener las apariencias frente a los demás. Los estereotipos, las presiones, los traumas, todo sobre sus espaldas. ¿Se enteraron? Ellos ya no importan para nada.

Entre los países siempre se han corrido cientos y cientos de rumores. Antes, no solían ser de gran importancia, siendo ignorados por la mayoría de ellos. Ahora, era uno de sus mejores entretenimientos, aún si no lo aceptaban abiertamente, así es. Y es que, ¿qué otra cosa podían hacer? Además, nunca nada llegaba a oídos de ningún gobierno, no se sobrepasaban —aunque los límites sin duda eran inciertos— ni hacían grandes escándalos, así que todo estaba bien. Todos se entretenían y se distraían un poco de todos sus problemas; unos, con peores problemas que otros, y con más impotencia que otros, hallaban en el cotilleo un escape, un respiro.

Guerras, hambrunas, sequías, crisis humanitarias, corrupción, desastres naturales, cívicos y económicos. Derechistas e izquierdistas, la religión, las tensiones, las enfermedades... Sin ser capaces de hacer nada al respecto, sin ser capaces de dejar de depender del cuidado de los desastrosos humanos que lo único que hacían era pudrir al mundo.

Los países más jóvenes seguían aprendiendo cómo funcionaban las cosas, llenos de esperanza y con sueños de grandeza, sin grandes remordimientos o sacos pesados sobre sus espaldas llenos de cientos de pecados, pero los más viejos —aquellos que incluso pudieron haber conocido al mismísmo Mesías, Moisés— hace tiempo que ya habían comenzado a darse por vencidos. Nada jamás cambiaría, nada sería como antes.

¿Se enteraron? Dicen que Estados Unidos fue quien dejó suelto el COVID en China, solo para después querer hacerse el héroe.

Dicen que el joven Rusia le susurra a su presidente para invadir el territorio ucraniano, solo porque Ucrania le rechazó hace algunas décadas atrás.

Dicen que Corea del Sur ha enloquecido, obsesionado con los estándares de belleza.

Dicen que fue México quien, a propósito, destrozó la envidiable relación de Colombia y Perú, solo por celos.

Dicen que Venezuela tal vez muera pronto, que toda su belleza se ha marchitado y ya no es capaz de seducir a nadie.

Y dicen que, por primera vez y contra todo pronóstico, Siria se ha enamorado. Después de que todos sus allegados creyeran que aquello era totalmente imposible.

¿Tiene algún sentido o verdadera importancia algo de esto? ¿No? Pues no importa cuál sea la respuesta. En primer lugar, ¿qué sentido o lógica tiene la sola existencia de estos seres? En un mundo donde lo único que importa es la apariencia, la reputación y el poder, lo único que queda para ellos son las habladurías y las buenas historias. Historias que pueden a veces no tener, siquiera, alguna fuente confiable, pero que cumplen con ser una fácil y sencilla diversión. ¿Qué importancia tenía que alguien saliera herido, difamado o arruinado? No podían lastimarse más de lo que ya lo hacía el mundo.

¿Qué tanto daño pueden hacer unas cuantas palabras?
    
   
   
   
—Detente —pidió, antes de soltar un quejido—. Maldición. Me duele la cabeza...

Rumors - CountryHumans Where stories live. Discover now