Capítulo 2

1.5K 57 5
                                    

(Juanjo)

Sin mirarme, empieza a hablar.

—He estado con alguien más.

La frase resuena en mi cabeza. Los oídos me empiezan a pitar. Siento un tirón en el pecho, y sólo soy capaz de decirle "¿Qué?". Sólo en ese momento él deja de mirar sus piernas y conecta sus ojos con los míos.

—Lo siento, Juanjo, estábamos ahí, ha pasado...
—¿Quién?
—No lo conoces...me lo presentaron hace un par de semanas los del musical. Hoy me ha dicho de ir a tomar algo, no sé cómo hemos llegado ahí...
—¿Habéis follado?
—Juanjo...
—Martin, ¿habéis follado? —Sólo me mira en respuesta y baja la cabeza— Estoy flipando, ¿por qué? —Mi voz se rompe— No entiendo, Martin, no entiendo nada. ¿He hecho algo yo? ¿Qué he hecho?
—Juanjo, no, no... tú no has hecho nada, soy yo. Soy yo. —él comienza a hablar de manera atropellada, nerviosa, mientras yo no puedo hacer otra cosa que mirarlo— No estoy bien, algo no está bien conmigo. Sabía a lo que iba, llevaba días coqueteando conmigo, y aún así he aceptado, no me lo he pensado. Lo siento, Juanjo, siento hacerte daño, no te lo mereces. Sé que no me perdonarás, pero necesito tiempo de todas formas. Entender, entenderme. Te amo, amo lo que hemos construido, amo nuestra vida juntos. Pero no estoy bien, no tengo claro nada, necesito reencontrarme. Desde que salimos de la academia nuestras vidas han dado un vuelco total, y no he tenido espacio para ubicarme. Pasé de casa de mi familia a OT, y de ahí a una vida en pareja con una carrera emergente, con 18 años. Todo ha sido muy rápido, muy.

Escucho sus palabras desde la lejanía. Había notado que las cosas estaban cambiando, pero no me imaginaba esto, mucho menos lo que creo que está insinuando.

—Martin, ¿me estás dejando? —Él me mira y suspira.
—No, claro que no. No. Bueno, no sé. Necesito tiempo, Juanjo. Un tiempo sólo. Aclararme, aclararnos.
—Martin, joder, que yo lo tengo muy claro, no me metas en esto. Lo del lío podemos trabajarlo, pero no te vayas, por favor, no me dejes. —Me estoy hundiendo, siento que la presión en mi pecho se hace más profunda, y puedo parecer desesperado. El rollo que ha tenido me parece lo de menos ahora mismo, se está yendo de mi. Con inoportuna ironía, la letra de la nave del olvido aparece y desaparece como un flash en mi cabeza.
—Por favor, no lo hagas más difícil. No puedo...

Se levanta del sofá, con angustia en los ojos, pero no por ello se para. Yo lo miro como si se me estuviese escurriendo de los dedos, no sé qué hacer, cómo hacer que se quede. Él da un par de pasos marcha atrás, se gira y va hacia la puerta. Mi ahogado "Martin, por favor" no lo detiene. Sale por esa puerta y cierra, dejándome dentro.

La cuadratura del círculo Where stories live. Discover now