WITCH ; Mattheo Riddle ( reescrito )

cuatro;

No había nada que pudiera hacer para mantenerme ocupada. Estudiar estaba fuera de mis opciones porque mi mente no podía concentrarse en ninguna palabra y sentía como si me estuviera volviendo loca. Necesitaba un compañero pero las dos personas que más necesitaba estaban afuera haciendo sus propias cosas, dejándome sola.

Deambulé silenciosamente por los pasillos mientras se ponía el sol, observando cómo la luz se desvanecía en nada más que oscuridad. Tuve libre albedrío hasta las diez, dejándome tres horas para no hacer más que caminar. No había mucha gente alrededor, sólo unos pocos, pero todos los demás suelen estar en sus dormitorios.

Aunque me sentí sola, estar así con mis propios pensamientos me calmó. Podía precisar cada uno de mis pensamientos y pensar en ellos profundamente, despejando mi espacio mental. Algo que realmente debería hacer más a menudo.

Uno de mis lugares favoritos era la torre de astronomía. Tenía una vista de la mayor parte de Hogwarts y era uno de los lugares más bellos alrededor del castillo. Cedric solía llevarme allí para pequeñas citas, pero no habíamos logrado hacerlo en mucho tiempo.

Incluso si él siempre está cerca de mí, nunca hay tiempo suficiente para que ambos tengamos una cita a solas. Algo que realmente estaba empezando a extrañar.

Un par de chicas pasaron junto a mí, sin molestarse siquiera en mirarme. Estaban tan absortos en sus propias conversaciones que ni siquiera se les olvidó. Siempre me hizo preguntarme cómo sería si sólo estuviéramos Lily y yo otra vez.

Éramos inseparables antes de que yo empezara a salir con Cedric, y luego todo se convirtió en una tarea de tríos. Nunca fui del tipo que se acostaba con muchos chicos, tal vez un beso aquí y allá, pero ella siempre era la que se quedaba con los chicos, pero lo dejé todo en sus manos cuando me quedé atada.

Subí la escalera de caracol que conducía hacia la torre de Astronomía, contemplando el paisaje familiar. Mi mano se agarró a la barandilla cuando el viento casi me arrastró de los escalones. Mi otra mano sujetó mi falda con fuerza mientras el aire frío rozaba mis piernas desnudas, permitiendo que se me pusiera la piel de gallina.

Una sonrisa creció en mis labios una vez que las estrellas comenzaron a aparecer desde uno de los balcones, reflejando la luz de la luna cuando llegué al último escalón. Siempre me sorprendió y siempre será mi lugar favorito. Siempre es como si todas mis preocupaciones huyeran de mi cerebro y me dejaran vacía, pero en el buen sentido.

Unos pasos suaves surgieron detrás de mí, haciéndome girar y agarrar la barra detrás de mi espalda. Mi respiración se cortó al ver su cuerpo asomándose a través de la sombra.

"Alguien está nerviosa esta noche," Mattheo dijo, desenroscando la tapa de la botella de alcohol que sostenía. Levanté una mano para mi pecho, sintiendo los golpes elevarse con fuerza. "¿Por qué carajo me estás siguiendo?" Grité, la ira aumentando dentro de mi cuerpo débil.

Levantó una ceja y movió la tapa hacia un lado, aterrizando en la oscuridad de una sombra. No aparté mis ojos de él por si acaso se escapaba de mí otra vez. Necesitaba más respuestas esta vez y respuestas adecuadas.

"Yo estaba aquí primero," respondió.

Sacudí la cabeza y bajé la mano. "No, no lo estabas. Me seguiste hasta aquí," respondí, agarrando la barandilla con más fuerza. "¿Y por qué haría eso?" comentó.

"No lo sé," dije, arrugando las cejas. "Eres una persona extraña para mí."

"Todo el mundo es extraño de una manera u otra," dijo, tomando un trago de la botella que sostenía. No hubo reacción al fuerte sabor que probablemente sentía bajando por su garganta, sabiendo que estaba acostumbrado. "¿Por qué estás aquí arriba? ¿No deberías estar con tu pequeño novio?" preguntó, caminando a mi lado y apoyando los codos en la barandilla.