capitulo 11

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Advertencia: Este capítulo contiene descripciones gráficas de muertes. Se recomienda discreción al lector.

 Se recomienda discreción al lector

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Alexander
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Josef asintió con solemnidad y se apresuró a cumplir mis órdenes. Mientras tanto, empecé a subir las escaleras para ir a mi cuarto y tomar un buen baño. Ya listo, me dirigí al despacho para revisar la información que Josef había conseguido para mí; esta me daría las respuestas sobre posibles amenazas en el área.

Después de un exhaustivo análisis de los datos, identifiqué a algunos individuos que podrían tener motivos para atacar a Maddie. Eso me hizo enojar. A mi florecita, nadie le haría daño. Así que tomé mi teléfono para darle una nueva orden a Josef e indicarle que quería a mis mejores hombres al pendiente de Maddie y que tuvieran la mayor discreción; no quería que se diera cuenta, ella no lo aceptaría. Al terminar de revisar todos los documentos pendientes, me fui a mi gimnasio que se encontraba aquí en la casa, para boxear un rato; necesitaba liberar el estrés mientras esperaba la llamada de Santini y el resultado de la investigación que le ordené a uno de mis hombres averiguar. No podía permitir que nada ni nadie le hiciera daño a los míos.

Mi mente se llena de recuerdos del internado, de los momentos compartidos con Maddie y de la promesa que le hice de protegerla.

La ira ardía en mi interior como un fuego descontrolado, cada pensamiento de venganza alimentaba las llamas. Nadie, absolutamente nadie, se atrevería a tocar a Maddie sin enfrentar las consecuencias más devastadoras. Mis puños se cerraban con tanta fuerza que podía sentir mis propios nudillos crujir bajo la presión.

El teléfono sonó, interrumpiendo el torbellino de emociones que me consumía. Con pasos decididos, me acerqué al teléfono, deteniendo mis golpes contra el saco de boxeo. Era Alessandro.

-Becker, ho già l'informazione (Becker, ya tengo la información) - respondió en un tono demasiado serio.

-Santini parla una volta per tutte (habla, de una vez Santini) - mis puños se cerraron; el bastardo que se atrevió a tocar a mi mujer me las pagará.

-Prima di tutto calmati e secondo sono quasi a casa tua, se te lo dico adesso distruggerai quella dannata villa, quindi calmati e prepara la tua squadra, ci vediamo tra 15 minuti fuori casa tua, e Becker usa abiti da fattoria, come ai vecchi tempi, fratello (primero que nada tranquilízate; y segundo, ya casi llego a tu casa; si te lo digo ahora, vas ha destruir la maldita mansión; así que calmate y prepara a tu equipo; nos vemos en 15 minutos fuera de tu casa; y Becker usa ropa de caza como en los viejos tiempos hermano). En su voz pude notar la diversión; eso quiere decir que ya encontró al bastardo que quiero.

Me preparé para lo que vendría, consciente de que la batalla apenas comenzaba. Maddie estaría a salvo, eso era innegociable. Ningún peligro se atrevería a acercarse a los míos sin enfrentar la furia desatada y el escrutinio implacable de mi determinación.

TODO LO QUE SIEMPRE FUIMOS Where stories live. Discover now