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El fuerte sonido ensordecedor provocado por el azote de la puerta de metal contra la pared del baño, hace que el grupo de mujeres que yacían adentro se sobresaltasen por el susto, de inmediato un escalofrío les recorrió la espina dorsal cuando una...

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El fuerte sonido ensordecedor provocado por el azote de la puerta de metal contra la pared del baño, hace que el grupo de mujeres que yacían adentro se sobresaltasen por el susto, de inmediato un escalofrío les recorrió la espina dorsal cuando una fulminante mirada avellana se clavó en cada una de ellas.

"¡Camie!. Qué traes, mujer." dijo una de las féminas, forzando una sonrisa en un patético intento de aligerar el pesado ambiente que la mencionada había vuelto con su raras vibras.

"Quítate."

La chica peliverde amplió sus ojos con asombro, haciéndose a un lado para que Camie pasase, quien vió su reflejo en el espejo y se quedó así por unos minutos. "¿Estás bien?" Preguntó otra chica, y, sí, por más asustada que estaba la curiosidad era más.

Camie no respondió, en su lugar se dedicó a peinar su largo cabello con sus dedos, teniendo un fuerte aguante para no llorar dentro de un baño con varias mujeres. Mientras más pensaba en lo que presenció hace un momento, más intenso se hacía el nudo en su garganta. Dió unas cuantas respiraciones profundas para calmarse y al término viró sobre sus talones, saliendo por donde había entrado.

Pensar que todo el esfuerzo que hizo para tener una buen vínculo con Katsuki se fue por el retrete gracias a Izuku, le hacía querer desaparecer de la faz de la tierra, lo único que quería en ese mismo momento era irse a su casa y llorar en un rincón de su habitación hasta morirse deshidratada.

Cuando entró a la aula lo primero que vió fue a Izuku y Katsuki sentados en sus puestos.

Sentados uno a lado del otro; desde la primaria, siempre se habían sentado juntos, a su cabeza llegan los días en los que Izuku no había asistido a la escuela y ella aprovechaba para sentarse junto al cenizo, logrando entablar conversaciones con él y hacerle reír.

En momentos como esos, siempre pensaba que estaba remplazando momentáneamente el vacío que Izuku dejaba en Katsuki, aunque sabía que el cariño que el chico le tenía al pecoso no se podía comparar con el de ella.

Ya era tarde para tratar de tener algo más que una amistad con Katsuki, o eso quería pensar en un intento de auto consuelo, pues tal vez nunca tuvo oportunidad.



me da vergüenza ajena este fic chau

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me da vergüenza ajena este fic chau

yo sé q les duele q los capítulos sean muy cortos pero tener bloq escritor no es facil
🥺


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