VOTOS MORTALES

EMBOSCADA

SATORU POV

Han pasado un par de horas desde que me separé de Yūji, y el trayecto ha sido bastante tranquilo. El silencio no es molesto con Nanami. Sin embargo, desde hace un rato he sentido punzadas en mi pecho que me impiden concentrarme en mi objetivo de hoy, no son dolorosas como tal, pero si molestas, nada que no pueda manejar. Algo en mi interior me dice que todo es demasiado perfecto, que algo no está bien. Y aunque quiero descubrir que es esto, me obligo a reprimir esta incómodo malestar en el fondo de mi mente, ya que esta es la oportunidad que he estado esperando para finalmente llegar a la cima y coronar al clan Gojō como la familia más poderosa nuevamente.

- ¿En qué piensas? - Nanami me saca de aquella tormenta mental en la que estoy hundido. - Tu aroma es amargo. Es claro que algo te inquieta. - me mira con seriedad y cruza sus brazos frente a su pecho. Parece ser que he divagado tanto en descubrir que es esto que he perdido el control de mi aroma, algo que no es común.

- No es nada. - digo mientras sigo jugando con mis dedos. Por más que lo intento ese sentimiento de angustia no cesa. Es malditamente molesto. Hay una necesidad antinatural de volver, hay algo que me grita que esto está mal.

- Satoru. - advierte y simplemente suspiro.

- ¿No te parece que todo es demasiado perfecto? Llevamos años detrás de Kenjaku y justo ahora que los Zen'in están fuera del juego, ha cometido un error. No me parece algo al azar. - digo mientras no despego la mirada de la ventana. El cielo esta despejado y paisaje es digno de admirar.

- ¿Crees que es una trampa? - pregunta con cautela. Su semblante es más serio de lo normal, y tengo la sospecha que lleva pensado lo mismo desde hace un buen rato.

- No estoy seguro, pero simplemente no se siente bien. - mi brazo está apoyado en la ventana y mis puños se cierran con fuerza en reiteradas ocasiones.

Sin agregar más a nuestro corto intercambio de palabras, saco mi teléfono para revisar si he recibido algún mensaje de Yūji avisando que ya ha llegado. No hay nada. Debería haberse reunido con Sukuna hace unos 30 minutos, pero asumí que debido a lo sucedido con su familia se centraría totalmente en ellos. Ahora esa espera se ha vuelto un poco tortuosa. Así que escribo un nuevo mensaje.

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Querido Yūji,
¿Llegaste bien?
Responde.
Satoru

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- No es solo esto lo que te molesta, ¿verdad? - Siento como Nanami me estudia. - ¿Te inquieta la ausencia de Yūji? - pregunta de forma casual.

- No. Sé que está bien. - miento.

Su mirada llena de duda parece captar mi mentira - Si regresamos ahora, alcanzaremos llegaremos a la casa de seguridad al final de la tarde. - dice llevando su mano a su mentón. - Si es lo que quieres, entonces daré la orden de inmediato. - me mira expectante.

- Perder esta oportunidad... - guardo silencio pues una nueva punzada me distrae y dejo mi teléfono en el asiento. - Es una oportunidad de una en un millón y si puedo deshacerme del clan Kamo hoy mismo, lo haré. - sentencio poniéndome serio de nuevo.

Las punzadas en mi pecho durante unos segundos se vuelven más agudas, obligándome a llevar una de mis manos a este para presionar suavemente cerca de mi corazón y poder hacer ese dolor más llevadero.

- No pareces estar del todo bien. - me mira de forma intensa mientras me analiza. - No podemos arriesgarnos a que algo salga mal. Y eso incluye tu vida. - agrega.

- No. - respondo cortante. - Desde hace un rato llevo sintiendo constantes punzadas. - respiro profundo y nuevamente me enderezo en mi asiento. - Es una sensación que no puedo describir. Es de cierta forma asfixiante. - al ver a Nanami de nuevo, este esta con la boca abierta, parece incrédulo.