"Con este matrimonio nuestras empresas se fusionaron, convirtiéndose en la más importante y poderosa del gremio. Somos socias con los mismos deberes y derechos.
Ella me odia, soy la mujer que arruinó su vida, solo un contrato...
A penas hablamos y...
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No he estado de buen humor en los últimos días gracias a Taylor, por lo tanto Gigi me convenció para ir al club.
Estábamos almorzando mientras conversábamos sobre el nuevo desfile LV&Models y sus catálogos.
—¿Me quieres decir por qué estás evadiendo a los dueños de T-WIZZLE? -reprochó.
—No los estoy evadiendo, pero debes de saber que soy la dueña de una empresa de autos y ellos son la competencia, tampoco me voy a poner la soga al cuello. -recordé.
—Está ben, pero y si no saben que eres la dueña entonces cómo te van a dejar tranquila. -respondió obvia.
—Gigi no me quiero exponer, a penas estamos surgiendo.
—Amelia con esa inteligencia que tu tienes es imposible que algo te salga mal. -la miré con ironía.
—Igual no es bueno tentar a la suerte. -asintió.
—Agh, hablando de inteligencia los tres cerebros poco desarrollados en el mundo hacen aparición. -rueda sus ojos.
Volteo hacía donde me señala con sus ojos y veo que están entrando las tres arpías más grandes de esta ciudad. La señora Swift, su hija y la idiota de cara de bicho.
—Esos cerebros si están desarrollados solo que para hacer el mal. Mejor es ignorarlas y seguimos en nuestros negocios. -hablé sin importancia.
—Me caen mal por desgraciadas, si no fuera por tus acciones no estarían disfrutando de este club, porque ni con todo el dinero que tenían o del que tienen ahora podrán acceder a una membresía aquí.
—Mejor dejalas Jelena, no les des importancia.
—¿Sabes qué no entendo? -negué. —Si Taylor está tan decidida en divorciarse por qué no lo han hecho público?
—No lo sé, tal vez quiere conservar su buen estatus y apariencia, no quiere echar a perder todo lo que ha ganado.
—Se pasean como si fueran las dueñas del club. -siguió con su mirada sobre ellas, juzgandolas hasta por su manera de caminar.
—Dios Gigi, que manía de darles importancia, que se paseen como si fueran reinas no significa que lo sean, además aún no me divorcio del todo. Sigo siendo la señora Swift.
—¿Y por cuánto será eso? Ya firmaste los papeles.
—Firmé unos papeles que se tienen que redactar y mientras se ajustan a mis peticiones puede que no me de la gana de firmar los definitivos.
—¿En serio no frimarás? -pregunto sorprendida.
—Si significa hacerles pasar un trago amargo al trío de víboras lo puedo considerar. -reí imaginandome tal escena.
