–casi nos damos un beso! -dije en voz alta emocionada, causando la mirada de todas las personas presentes en el Starbucks.
–mirá vos -soltó una risa ironica.
–ay mari, vas a seguir enojada? Ya te explique que no puedo controlar mis sentimientos wacha -hablé cansada.
–Y yo ya te dije que podes hacer lo que quiera con el pelotudo ese, estoy con Juli y soy muy feliz con el -le dio un sorbo a su café.
–no le digas así.. -Bufé.
–Theaaa, basta de hablarme de ese pibe por dios, contamos de como te fue la semana o que se yo pero no me cuentes de Thomás tobar -suplicó.
–bueno, perdón.
[Días despues]
Los chicos habían creado un proyecto raro al que querían que me sumara. Era el único tema de conversación que teníamos hace más de 2 horas. Una casa, todos juntos.
–pero no estuvieron ya viviendo juntos ustedes? -pregunté.
Todos asintieron.
–y para que hacerlo denuevo?
–Porque ahora somos más, estas vos, Angela también quiere -explicó.
Ah, Angela, angela
–es muy precipitado igual, no lo se -sacudí mi cabeza agarrando mi teléfono.
–Dale thea! Porfavor! -suplicaron todos a la vez.
–lo tengo que pensar -bloquee el teléfono y lo dejé sobre la mesa.
Me levanté de la mesa y fui directa a la terraza de la gran casa de mauro monzon, donde solíamos juntarnos a pelotudear.
Me senté en la misma hamaca de siempre y cuando estaba por empezar a armarme un porro sentí como me tocaban el hombro.
–Thomas porque me seguis a todos lados? -pregunté mientras seguía armando.
–no lo se, para vigilar que no te fumes 50 por como sos -rió.
–me vas a tirar otro churro a la pileta? -dije ironica, el negó.
Se sentó en la hamaca de al lado.
–thea quería hablar contigo sobre lo del otro día, no he tenido la oportunidad y.. -suspiró -que paso ayer?
–El que se acercó primero fuiste tu, thomi -sonreí divertidamente.
–si, lo se pero.. porque vos seguiste nea? -preguntó.
Me di vuelta y lo miré directo a la cara, la cercanía entre nosotros al darme vuelta hizo que thomi empezará a tensarse. Lo noté por como su pecho empezó a moverse muy rápido.
Coloqué una mano sobre su pierna y la moví a un lado, me levanté y me metí entre esta quedando cara a cara con él.
Su respiración rápidamente se empezó a agitar.
Nuestros labios estaban a centímetros de tocarse.
–Tu que harías si te tienen así? Porque así mismo estábamos ayer thomas... -susurré.
–yo.. -antes de que pudiera terminar de hablar uní nuestros labios en un beso tierno y lento.
Puso sus manos en mi cintura y seguidamente yo puse mi mano en su nuca intensificando el beso.
Uno segundos después tuve que separarme por la maldita falta de aire.
–Tho-.
Volvió a besarme.
La concha de su madre, que bien besas hijo de puta.
Nos volvimos a separar y quedamos mirándonos directo a los ojos por unos segundos.
–Ya entendí -susurró a pocos centímetros de mis labios.
Me separé de el y me volví a sentar en la hamaca.
El morocho sonrió y volvió a entrar.
Cuando le iba dar una calada al faso me di cuenta que no lo tenía.
–Hijo de puta! -Escuché su risa.
Me acabo de besar a el pibe que me gusta y no se que opinar sobre ello.
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