El Rey Defectuoso [Hinakage]

Partido irónico

Capítulo 2

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Murmullos

—¿No debería ir a otro vestidor?—

—no creo que siquiera le importe si lo atacamos—

—¿Que tontería dices? Ni siquiera me le acercaría a más de dos metros—

—¿Quien atacaría al "rey de la corte"? Jajaja—

—tal vez no con el rey de la corte pero al rey pr—

—shhh, sabes que no podemos decirlo—

—jaja es cierto, no quiero que me consideren fácil—

—jajaja con el título que se carga su alteza no me sorprendería si te engatusa—

—callate te va a escuchar jajaja—

—¿Importa? No es como si se quejara de algo más que no sea el volei—

Murmullos.

Eso era todo lo que se escuchaba en el cuarto de descansó, todo el equipo participando en chismes y comentarios.

Mientras tobio solo se cambia escuchando lo que decían a "sus espaldas".

Estaba irritado, claro que lo estaba y quería gritarles, pero no lo haría.

Prometió no meterse en nada que no esté relacionado con el voleibol y fue más por su propia paz mental.

Termino de alistarse junto con los demás del equipo y salieron.

No era la gran cosa solo tenían que quitarse las pantalonetas y sudaderas y guardarlas.

Caminando como si ya fueran los ganadores fueron a la cancha a prepararse, este sería su último torneo y por ende última oportunidad de ir a las nacionales.

Sin pasar desapercibido kageyama fue el foco de atención de los demás equipos, pues aún siendo un alfa tan capaz era el más bajo de todo el equipo.

Pero sus habilidades eran innegables, incluso si su propio equipo intentará decir lo contrario, nadie creería sus palabras después de ver un solo pase suyo.

Los juegos comenzaron pero aún no era su turno y fue a dar un paseo.

—maldito Omega...— el susurro dado por uno de sus compañeros fue lo último que escucho antes de irse a tomar aire.

"Maldición..."ese hecho de su vida era el más humillante, él era un Omega... Pero toda su vida le ocultaron ese hecho, desde sus 8 años que su género secundaria fue asignado.

«Recuperando la conciencia, kageyama despertó en el auto de su hermana, siendo que lo último que recordaba antes de que todo se volviera borroso era que sudaba mucho más de los que debería y tenía fiebre.

Se maldijo por enfermarse antes de meterse en las duchas vacías.

Y ahora después de toda la situación humillante y bochornosa está en el copiloto del auto de miwa, dirigiéndose a casa.

—¿Tu lo sabías?— más que una pregunta fue una acusación hacia miwa.

—...— decidiendo guardar silencio para prolongar la paz tanto como pudiese miwa ignoro su pregunta— estás despierto.