CAPÍTULO 011

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Mis pies descalzos tocan el suelo frío cuando Dominik me deja libre. Puedo sentir su molestia generar un ambiente pesado a nuestro alrededor. Giro como pollo sin cabeza en busca de mi ropa y mis sandalias. Aún así las tenga a la mano, con los nervios no vería nada.

Recojo todo del suelo y me asomo por la puerta escuchando la risa de mi madre en la entrada.

Corro por el pasillo completamente desnuda y despeinada intentando abrir alguna de las cuatro puertas hasta que la última cede y no dudo en ingresar. Suelto todo el aire que había retenido en el trayecto y me llevo una mano al corazón sintiendo los fuertes golpeteos del mismo.

Recuperándome, me muevo hacia la cama sintiendo la incomodidad de la humedad entre mis piernas. Dejo mi vestido sobre el colchón y exploro la habitación hasta dar con el cuarto de baño en el que rápidamente entro y abro la ducha ingresando completa bajo esta.

Cierro los ojos ante el contraste del frío contra mi piel caliente. Me paso las manos por el pelo y tallo mi cuerpo detenimientome ante el ligero pinchazo de dolor que me genera pasarme las palmas de mis manos en mis caderas. Las marcas de sus dedos descansan en mi piel de manera escándalosa. Hago una mueca cuando toco. Ya puedo apreciar los futuros morados que tomarán el lugar de las manchas rojizas.

-Maldito salvaje -murmuro entre dientes.

Cierro la ducha cuando escucho un ligero golpe en la puerta del baño y en el momento que me dispongo a preguntar quien es, la enorme anatomía -afortunadamente vestida-, de Dominik se abre paso hacia adentro cerrando la puerta tras él.

Por inercia, mis manos buscan cubrir mi desnudes de su escrutinio, y lo veo pasarse el pulgar por el labio inferior con clara diversión ante mi acción.

-Ya te he visto desnuda, Scarlett, dos veces, he chupado, lamido y mordido esas bonitas tetas y te he comido ese delicioso coño ¿qué estás tratando de esconderme?

Jadeo sintiendo el calor agolpandose en mis mejillas.

-¿Porqué tienes que ser tan bulgar?

Relame sus labios y atrapa el inferior con sus dientes, negándome una sonrisa.

-Te traje una toalla.

-Cuelgala allí y vete, quiero terminar de ducharme.

Cuelga la toalla en el aro en la pared y me encara cerrando la distancia entre nosotros. Retrocedo.

-Quiero ducharme.

-Entonces duchate.

-Quiero hacerlo sola, por favor.

-Podrías necesitar ayuda.

-No lo creo.

-Mhm -murmura colocando ambas manos a cada lado de mi cabeza cuando mi espalda queda pegada a los fríos azulejos.

Mis labios se separan en busca de una réplica que mi cerebro no envía, mis piernas se sienten gelatina de nuevo y suspiro. El aura del hombre impone poder y dominio, su mirada oscurecida no deja de analizar mi desnudes y puedo asegurar que nota el temblor de mi cuerpo.

-¿¡Scarlett!?

Escucho el soplo de la puerta al cerrarse y sus pasos acercarse.

Palidezco y él sonríe.

-¿Scar?

Dominik entierra su rostro entre mi cuello importandole poco que las gotas de la ducha mojen su camiseta.

© 𝐷𝐸𝑆𝐸𝑂𝑆 𝐼𝐿𝐼𝐶𝐼𝑇𝑂𝑆 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora