Parte 31

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Sin duda, esto es lo más absurdo que le ha pasado en su vida. Si se atreve a contarlo, lo llamarían loco.

Después de aquel suceso, lo mantuvieron una semana en observación para ver si algo cambiaba en su instinto. Por suerte, no pasó, todo seguía normal y no mostró problema alguno. Su preocupación por su padre e amigos empezó a crecer, aun sabiendo que los demás manejaban ese tema, tarde o temprano se darían cuenta que no era él quien escribía.

Pasaron alrededor de tres días, los cuales en estos mismos le enseñaban al demonio controlar sus habilidades y no perder los estribos. Este supuesto "entrenamiento" no duró tanto ya que cada vez recordaba cómo hacer tales cosas, haciendo que esto lo facilite. Lo único bueno que le había pasado a lo largo de estos días, fue que no tuvo que verle la cara otra vez a Yoriichi después de su no tan formal encuentro.

El día número cuatro de la segunda semana, fue cuando recibió la gran noticia en la mañana que la gran batalla sería hoy. Lo confundió, ¿en tan poco tiempo? Seguro los antiguos pilares ya se estaban preparando desde hace mucho. Pero, ¿y él? Solo lleva una semana y media en este nuevo cuerpo, supuestamente ellos garantizaban su seguridad, pero sabe que en la pelea, al que menos van a ayudar es a él.

Después de largas horas, cuando el sol se escondía, alguien abrió la puerta de seguridad de la habitación donde se encontraba el pelinegro. Este mismo desvió la mirada, molesto, al ver que esa persona era Tamayo, la cual le dijo amablemente que era hora de irse. Se puso de pié de la cama y se acercó a la puerta, la mujer abrió la boca para decir algo, pero el le pasó por al lado y se acercó a los guardias que lo estaban esperando para llevárselo. Ella se quedó ahí, quieta ante tal acción, la cual era de esperarse, bajó un poco la cabeza con una expresión de tristeza y soltó un suspiro. Esta noche sería larga.

Estos guardias le dieron una prenda de ropa oscura, la cual era de una tela resistente y flexible. Estos mismos se dieron la vuelta para que el demonio tuviera algo de privacidad, lo cual le sorprendió. No tardó ni un minuto y ya estaba listo. Caminó largos pasillos detrás de esos dos guardias, hasta que por fin llegaron a una puerta la cual se abría con un código. Uno de estos puso el código rápidamente y esta puerta se abrió.

Una brisa helada le bofateó el rostro, pero se sintió bien. Veía como la luz de aquella hermosa luna alumbraba a esos autos negros y las luces blancas de estos le encandilaban los ojos. Kayaga se acercó a ellos, le ordenó a los guardias que se suban a otro auto asignado, ellos asintieron y se retiraron. Este devolvió su mirada al demonio y le sonrió, recibiendo por parte de él una mirada de asco, nada fuera de lo común. Le dijo que lo siguiera, el contrario a regañadientes hizo lo que pidió, para después subirse en la parte trasera de uno de los tantos automóviles que habían.

Muzan observaba por la ventana con una mirada fría, mientras alguien vestido de saco negro conducía y Kayaga iba en el asiento del acompañante. ¿En serio este era su plan? Solo causarían alboroto. Rodó los ojos, después de todo, no le interesaba en absoluto. Pasaron largos minutos, los cuales se hicieron una hora, para que de repente se detuvieran de golpe. Soltó un gruñido ante esto, ¿acaso aquel pelado no sabía manejar? Qué odioso. El ojimorado abrió la puerta del auto y se bajó, el contrario lo tomó como que debía hacer lo mismo.

Cuando cerró la puerta, vio como los demás autos también aparcaban y se bajaban los que seguramente iban a luchar. En eso, llegó lo que más les importaba. El camión. Aquel mismo traía miles de soldados experimentados para esta lucha, la tecnología de ahora, les iba a beneficiar demasiado.

No pasó mucho tiempo y el plan finalmente se puso en marcha.

Se dividieron en cuatro grupos. Tres de ellos, eran soldados con armas diferentes, y el grupo restante, era el principal y más importante. Allí estaban los antiguos hashiras, otros cazadores y los soldados más expertos, este grupo debía atacar primero.

Muzan tiene un secreto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora