Capítulo 30 - Declaración

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Punto de vista Antoinette Topaz

Después de algunas horas, estaba acomodada en la parte trasera del Rolls-Royce, justo a unas cuadras de la estación de policía. Era la primera vez que hablaría con las autoridades después del arresto de mi esposo, el día anterior. Las noticias del incidente se habían esparcido como un virus; para este momento, toda la prensa alrededor del mundo reportaban el arresto del magnate petrolero, Nicholas St. Clair. Permanecí atenta al movimiento en la calle, mientras saboreaba una copa de champaña, una de las más costosas, comprada exclusivamente para este acontecimiento.

- Señora, hay muchos periodistas afuera de la estación de policía. - dijo Carlos, mientras frenaba, ahora que estábamos delante del edificio.

Una sonrisa nació en mis labios casi automáticamente. Levante la cabeza y mire a la multitud de reporteros y camarógrafos que estaban delante. Lleve la copa a mis labios, tomando otro sorbo del alcohol presente en él, antes de colocar la copa en el soporte que ofrecía el auto.

- No hay problema, Carlos, deténgase delante de la estación, voy a salir.

El hombre miro por el retrovisor y asintió, obedeciendo mi orden de una manera precisa. Mientras más se acercaba el auto a la parte delantera del edificio, mas reporteros nos rodeaban. Los gritos, acompañados por la euforia que había afuera, me hizo darme cuenta de lo grande que había sido la noticia, y no era para menos Industrias St. Clair estaban en medio de un escándalo.

- ¡Es Antoinette St. Clair! ¡Su esposa!

- ¡Antoinette! ¡Antoinette!

Gritaban mientras yo permanecía en la misma posición, la cabeza en alto y mirando al frente.

- Iré por algunos oficiales de policía para que pueda entrar a la estación de forma segura. – dijo Carlos antes de salir del auto.

Tome mi bolso del asiento a lado de mí, de donde saque mi labial, un tono rojizo, casi sangriento, el mismo color estaba presente un mis uñas, contrastando perfectamente con el vestido negro de tubo que cubría mi cuerpo. Lo deslicé sobre mis labios lentamente, antes de checar mi imagen en el pequeño espejo que estaba en al asiento delantero, mis ojos tenía un ligero delineado negro, resaltando mis pupilas marrones, que ahora eran brillantes. Sonreí, satisfecha con lo que vi, y cerré el espejo, colocando de nuevo el labial dentro de mi bolso. Vi a Carlos detenerse en mi puerta, y rápidamente me coloque unos lentes oscuros. Necesitaba transmitir una imagen afectada ante todas los ojos sobre mí. La puerta se abrió y mi cuerpo se vio bañado en flashes de todas las cámaras que estaban ahí presentes.

- ¡Antoinette, ¿Sabia acerca de su esposo?!

- ¿Conocía a la persona que mató?

- ¡Por favor, denos algunas respuestas!

- Señora St. Clair, ¿Fue usted parte de todo?

Carlos y algunos oficiales me llevaron a través del tumulto de reporteros y fotógrafos que darían sus vidas por información privilegiada. Ni siquiera los mire, no podía permitirme ningún error ahora, el plan había sido ejecutado, pero requería de cierto cuidado de mi parte.

- ¡Retrocedan! - grito uno de los oficiales, mientras éramos bombardeados con flashes.

Tan pronto como subimos los escalones al frente de la estación de policía, alce la vista y me encontré con un par de ojos cafés que me miraban desde la entrada al precinto. Cheryl estaba parada ahí, esperándome, maravillosa como siempre, con un aire retador e imponente. Hoy se veía incluso más hermosa, estaba usando unos pantalones blancos ajustados, una blusa de seda roja, y su típica chaqueta negra de cuero, por no mencionar los tacones negros en sus pies.

Jaque MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora