Capítulo 3: El valor que necesito

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Mei se encontraba en la nada, envuelta en un mar de blancura infinita. Al ajustar su vista, distinguió una figura al fondo. Con paso vacilante, se acercó y descubrió a Yuzu, vestida con su uniforme escolar, pero manchada y desgastada.

Confundida, Mei se acercó a ella — Yuzu, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Por qué estás vestida así? — Yuzu se volteó, su rostro lucía cansado y enfermo, Mei se preocupó al instante — ¿Qué fue lo que..?

Yuzu le dedicó una sonrisa triste, mirándola directamente a los ojos — Mei, esto es lo que quedó de mí cuando morí. Este es el uniforme en el que estaba cuando todo terminó

Mei se quedó sin aliento, sintiendo un nudo en el estómago — ¿Estás diciendo que esto es... el futuro?

— ...No... Esto no es el futuro, ni el pasado. Tampoco el presente, de hecho, nada de esto existe en realidad, pero de alguna forma, mi estado actual es el resultado de las cosas, entonces significa que el hecho de que moriré en unos meses sigue ahí

— ¿Qué? Yuzu, no te entiendo — Mei le dijo casi desesperada — Háblame, Yuzu ¿Realmente hará la diferencia si me esfuerzo por salvarte? No quiero vivir en un mundo en donde tú no- — Yuzu la interrumpió.

Colocó una mano reconfortante sobre el hombro de Mei — Mei, tus esfuerzos no han sido en vano. Aunque el futuro no haya cambiado, has marcado una diferencia con tus acciones. Pero aún queda trabajo por hacer. Aún puedes esforzarte más y hacer todo lo posible para cambiar las cosas

Mei miró a Yuzu con confusión y desesperación en sus ojos — ¿Cómo puedo hacerlo? ¿Qué más puedo hacer para cambiar el futuro?

Yuzu le sonrió con cariño — Debes seguir adelante — Nuevamente se dio la vuelta, dándole la espalda a la menor — Ya tienes que irte, cuando despiertes, llámame si me necesitas

— ¿Qué? Espera, ¡Yu- — Sus ojos se abriendo rápidamente y su cuerpo se sentó casi como un reflejo en la cama, estaba sudando y con la respiración agitada, algo desorientada debido a la oscuridad de la habitación, mientras sus manos le temblaban — ...Yuzu — Dijo su nombre con mucho dolor, casi como un grito ahogado.

— Mei, ¿Sucede algo? — Yuzu se había despertado debido a que Mei se movió de forma brusca repentinamente, se preocupó al verla tan agitada — Hey, ven, acércate — La jaló hacia ella para reconfortarla, pero sintió su cuerpo temblar, Mei la miraba, con esas lágrimas en sus ojos y simplemente no sabía qué más hacer.

— Gracias a Dios, estás aquí — La pelinegra le dijo, ocultando su cara en sus hombros, se aferraba a ella, como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

— ¿Otro mal sueño? — Le preguntó mientras le acariciaba la cabeza para tranquilizarla — Mei, realmente me preocupa... No tienes que hacerlo si no quieres, me gustaría que me contaras. Quiero poder ayudarte apropiadamente, me duele verte así.

Mei lo pensó por un momento, no sabía cómo reaccionaría si le dijera que realmente viene del futuro y que está ahí para salvarla. Así que solo se limitó a decirle lo que le molestaba, saltándose esa parte.

— Yo... He estado soñando que vivía en un mundo donde tú no estabas... Ahí tú... — Ella hizo una pausa para respirar antes de continuar — Estabas muerta y... No podía soportarlo, es horrible

— Ya veo — Yuzu apretó su agarre hacia ella, la tomó de las mejillas e hizo que la mirara directamente a los ojos — Mei, estoy aquí, te prometo que nunca me iré, pase lo que pase... Planeo vivir una vida plena contigo, no puedo irme tan pronto

[Citrus] - No quiero que te vayas Where stories live. Discover now