𖥻 TRACK 16: HOTLINE [ Charles Leclerc ] | Fórmula Uno

VIII

WARNING | el siguiente capítulo es varios años antes que el anterior, la pelea que se refieren Charles y Yael es del capítulo 4, por si queréis ir a releerla, aunque os resumo: Yael no va al entierro de Hervé, se presenta tres meses después en el cementerio y se la encuentra Charles, entonces tienen una acalorada discusión que hace que tomen la decisión de alejarse.

Recordad que Yael y Charles tienen 26 años. Este capítulo está narrado con los 22 de ambos.

Ahora sí, seguid leyendo.

A los 22 años.

¿Cómo era mi vida antes de Beth?

Me visualizaba, tal vez, un poco más alegre, quizá más risueña y energética.

Era la segunda Navidad que llevaba a Beth a Mónaco y no sabía en qué fase estábamos; ella me había dejado una semana antes y, de repente, se había presentado en mi casa con una maleta.

Me dijo:

—Hoy nos vamos a ver a tu madre, ¿recuerdas?

Y recuerdo que yo me quedé en silencio.

No habíamos hablado nada de lo ocurrido. De por qué me había dejado y de si habíamos vuelto. Las dos hicimos como si nada porque, sin saber cómo, eso había formado parte de nosotras.

—Plánchate el pelo, Yael. Y recógetelo. De la otra forma te pareces a la señora de los gatos de Los Simpson.

—Claro. Lo siento. Tienes razón.

Antes de volar hacia Mónaco, me planché el pelo y me lo recogí en un moño perfectamente hecho.

No supe cómo decirle a Beth que le había dicho a mi familia que ese año no iba a ir —porque no tenía ánimos, supuestamente estaba pasando el proceso de la ruptura— pero cuando ella se presentó en mi casa, tuve que avisar de que había sido un malentendido y que ambas íbamos a estar ahí.

—¿Quiénes estarán este año en la cena?

—Los mismos del año pasado —respondí—, supongo.

—¿Supones?

—No lo sé, Beth. Hace mucho que no hablo con mi madre o mis hermanos. Pero siempre lo hemos celebrado con los Leclerc.

Un sentimiento de culpabilidad me recorrió el cuerpo al decir aquello. Sabía que me había distanciado con mi familia de una manera u otra y que, sin remediarlo, había creado una brecha entre nosotros.

—Acabas de hablar con tu madre.

—Me refiero a... —suspiré. Había perdido la cuenta de cuánto tiempo hacía que no volvía a casa después de haber ido a visitar a Hervé en el cementerio dos años antes. Es decir, había vuelto alguna que otra vez, pero no me quedaba ahí el tiempo que solía hacer antes de conocer a Beth.