Capítulo 21.

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Estaba mirando el gran ventanal. Vinimos a comer y realmente pienso en estos momentos que me quiero escapar de ese lugar. Kane estaba tranquilo comiendo y disfrutando del momento. Ruedo los ojos con frustración. ¿Qué tiene de bueno esto?. Trataba de pensar en ¿por qué tanta tranquilidad?. No era normal. Bueno para mi no era normal tanta tranquilidad. Llega Lee que estaba vestido totalmente de negro y unos guantes en sus manos. Se los retiraba para meterlos a una bolsa de basura especial.

—¿Todo bien Lee?.

—Todo Salió perfecto mi señor. —Lee hace una leve reverencia a nosotros.

Parpadeó algo incómoda. Bebo de mi vino blanco que me pedí. El plato con mariscos casi terminados enfrente de mi.

—Aurora, ¿Sabes de mi larga y extensa familia no?. —Sonríe Kane metiéndose un tentáculo de pulpo a su boca.

Le da un mordisco muy feliz.

—¿Qué has hecho?.

—Mi querido Lee. Lee es un hombre muy bueno planeando muertes. —Kane sonríe halagando a Lee.

Lee asiente serio.

—Mi señora, estoy a su servicio siempre que usted lo desee. —Lee me hace una reverencia rápidamente.

Iba a decirle que no pero me mantuve callada. Iba a tomarle la palabra en algún momento. Sentía que debía guardar esa palabra.

—¿Quién deseas matar?.

Kane estira su mano libre a la mía. Toma mi mano y me mira serio.

—A nadie, solo que cuando caigas necesito alguien que mate o me ayude a despellejar a quien te mate Kane. —Miento.

No iba a matar a nadie. Sabía que si los chicos veían mi sufrimiento, ellos mismos iban a matar a quien mato a Kane.

—¿Debo tener cuidado?. —Kane me miraba más seriedad.

—Sabes lo peligrosa que puede ser una mujer si le arrebatan algo. —Indicó tranquila.

—Ya entendí. —Kane besa mi mano y sonríe.

—Kane si mueres juró que iré por ti…de alguna forma iré por ti. —Lo miro sería.

—Créeme, no moriré, no tan fácilmente.

Solo pude verle seriamente. Me mantuve concentrada en mi comida.











⪩╒༻Dos Horas Después༺╕⪨











Paseaba tomada del brazo de Lee quien estaba con toallas húmedas en mano. Kane quiso un helado y me compró uno igual a mí. Mi helado me lo comía en un basito ya que no quería ensuciarme. No puedo comer y caminar a la vez porqué me ensucio. Una de dos, o caminaba y me ensuciaba. O no comía mi helado y lo botaba. No iba a botar el helado que eran cinco bolitas con el cono king. Mi helado era de sabor chocolate amargó con brownie,  helado sabor a capuchino, helado de galleta oreo molida, chocolate normal y el último que era helado sabor a chocolate con almedas y leve sabor a ron. Me encantó mucho. Lee me ayudo a guiarme al caminar mientras como y no me ensucio. Kane entraba a tiendas y tan pronto entraba nos atendían y compramos algunos vestidos o faldas para mi.

Ahora mismo estaba caminando pero una horda de gente me separa de Lee. Mi helado cae al suelo y chille por mi helado. Me empujaron fuerte y caí dentro de un auto. El auto arranca y miro a mis secuestradores. Me gritaban con un asentó diferente del castellano latino chileno. Era un secuestró. Sabía que tanta calma y felicidad duraba tan poco. Miraba aburrida a mis secuestradores. El camino fuimos por una media hora. Pude darme cuenta perfectamente de sus puntos débiles. Al llegar a una parte desolada de Arica. Solo tierra y nada más. Sabía que la desaparición de mujeres y hombres siempre eran en lugares como este. No me tarde nada en sacarle la navaja a uno. Apuñaló al tipo de mi derecha unas tres veces rápidamente. La izquierda de igual forma. Le quite el arma. Los hombres gritan alarmados.

—Se metieron con la equivocada.

Disparo en los hombros al conductor. El copiloto sale del auto. Salgo del auto por la parte de adelante. El tipo corría saca su arma pero yo ya le dispare en la espalda tres disparos. Cae al suelo. Me giro para abrir el auto. Saque al piloto primero. El gritaba de dolor. Saque a los otros dos de igual forma. Me acerque al más joven que era el que se sentaba a mi derecha.

—¿Quién es su líder?.—pregunté sería.

—Somos del cartel de Venezuela. —responde.

Su voz tenía ese asentó extranjero. Asiento para terminar de matarlo. Múltiples disparos en la cabeza. Lo revisé con cuidado. Saque el arma de repuesto. Tomé todas las armas que ellos tenían. Las junte aún lado. Camine para seguir al otro que se había sentado a mi izquierda. El se estaba haciendo el muerto.

—Lástima para ti es que…se que finges. —le disparo en todo el cuerpo.

Muere gracias a mis tres balas proporcionadas en su cabeza. Llegué con el otro que se arrastraba como un gusano. Tomo la navaja. Me subo sobre el. Lo apuñaló sin detenerme ni solo segundo, hasta que en su espalda ya no haya lugar donde no le haya apuñalado. El gritaba y gritaba como un cerdo en matadero. Sus gritos cesaron cuando ya aquel hombre quedo sin vida. Aproveche de apuñalar a su cuello por la parte baja de su cabeza. Aprovechando la apuñalada en aquella zona, me dispongo a degollarle. Como puedo le corto la cabeza como puedo. Rompo su ropa para empezar a limpiar la evidencia. Sigo limpiando evidencia.

Quimeras De Su RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora