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6: Tramas y pilares
Nota del autor: Actualización de Pascua, ¡vaya! Bueno, técnicamente en el momento de esta nota. Que sueño...

Una actualización un poco más pequeña de lo que me gustaría, pero el trabajo y la vida me han estado atormentando últimamente. No hay días libres otra vez...T_T

Como siempre, la regla de las brasas persiste; Si la gente realmente no disfruta de esta historia, entonces... no la continuaré. No puedo soportar escribir algo que a la gente no le guste, y tener dos trabajos casi seguidos deja mi energía en su punto más bajo. Así que, por supuesto, ¡habla! ¡Alza tu voz! ¡Hazte oír!

Una vez más, no hay preguntas, solo una historia.

Después de todo, no sería bueno estropear las cosas ahora, ¿verdad?

Como siempre, no poseo referencias, citas, memes o temas. ¡Ni uno!

Spoilers de Demon Slayer, obviamente. No hace falta decirlo a estas alturas, pero aún así, ahí lo estás.

Y dicho esto, espero que disfrutes del festín de palabras que he preparado para ti, porque es salvaje.

"Este es mi dominio. Mi familia. Cualquier daño y...

...Bueno. Digamos que lo pasarás mal.

Entonces vamos a llevarnos bien, ¿eh? ¡Seamos amigos!

Puedo ser un muy, muy buen amigo.

...y un enemigo verdaderamente terrible."

~Un rey de los demonios.

Parcelas y Pilares

El tiempo era un veneno mortal para un inmortal.

Como demonio, el concepto mismo desconcertó a Naruto; aunque sólo sea porque se movía muy rápido para él. Los días se mezclaron con semanas, las semanas con meses, los meses con años y luego décadas. Lo encontró irónico. El tiempo estaba destinado a ser el gran igualador; todo acabó cayendo en sus manos, erosionado por el inevitable éxodo del amanecer y el atardecer.

Corazones, augurios e incluso mentes, todos acabaron siendo víctimas de ello, tarde o temprano.

Para los demonios el tiempo era mucho más peligroso precisamente porque no podían morir... al menos no de viejos.

Los corazones vacilaron, los recuerdos se desvanecieron, el hambre se consumió. Precisamente por eso era tan importante forjar nuevos vínculos dondequiera que fuera posible, rodearse de familia precisamente para que no sufrieran eso. Hacerlo le había funcionado de maravilla hasta el momento.

Sus filas aumentaron con cada año que pasaba. Los recién llegados eran examinados, incorporados y, si se encontraban deficientes, eran... tratados. Ni los Cazadores ni Muzan se dieron cuenta de lo cerca que estuvieron del olvido. Más de una vez evitó que las tensiones se desbordaran.

Se llevaban a cabo cacerías, nunca contra inocentes, sino contra malvados.

Era un pequeño sistema ordenado, si él mismo lo decía.

Y luego. Un día. Las cosas cambiaron.

(.0.0.0.)

Una mujer se acercó a la mansión boscosa.

Ubicado en lo profundo del bosque, estaba enmarcado por árboles en sombra para devorar la luz misma; como si tal cosa no pudiera existir dentro de la mansión ante ella. Simplemente dar un paso hacia ella produjo un escalofrío en el aire, uno que casi amenazaba con robarle el aliento de sus pulmones. Con esperanza en su corazón y cuchillo en mano, aun así dio un paso adelante. Una mano temblorosa se posó sobre la puerta y los dedos se curvaron alrededor de ella para encontrar apoyo. Con cautela, la apartó a un lado; se separó con un suave suspiro. La oscuridad acechaba en su interior. Ella se demoró, temerosa de traspasar el umbral.

Doctor of Demons Where stories live. Discover now