Capítulo 53

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Capítulo 53: Ayer por la noche yo...

Sasuke se encontró sin poder dormir, como la mayoría de otras ocasiones en las que se quedó en el recinto Nara. Era cálido, llenó de árboles y personas que, a pesar de que Sasuke dijo «relajadas» en voz alta, pensó que eran extraordinariamente perezosas. Pero Sasuke se sentía «fuera de su entorno natural» algo que le pareció divertido a Shikamaru la primera vez.

La minoría de los Naras eran diurnos, así que Sasuke se encontró tratando de dormir con la dulce melodía de un martillo del otro lado de la pared. Resulta que Yoshino, la madre de Shika, era una de las pocas personas en el clan a las que no le importaba que tan cerca estuviera la hora de la medianoche como para decidir colgar un cuadro. Pero claro, el padre de Shikamaru no era diurno, estaba con sueño y el sueño le dificultó seguir las instrucciones de Yoshino...

-¿Cómo es que puedes dormir?- preguntó Sasuke a Shikamaru, dándose por vencido y abriendo los ojos para mirar el techo fijamente.

El niño tardó en responder, estaba cubierto con la sábana de pie a cabeza, y eso era otra cosa que Sasuke no podía entender. La zona en la que el clan estaba ubicado era cálida, pero no un cálido agradable. Sasuke, que no suele sudar por nada, estaba comenzando a hacerlo.

-Es fácil, nací aquí- murmuró el niño con una sonrisa. -Crecí y espero morir aquí.

-Qué deprimente- le dijo Sasuke.

Shikamaru frunció las cejas, y Sasuke pensó que se veía gracioso con el pelo suelto, pero desordenado, y los ojos pequeños por el sueño.

-¿A dónde te gustaría morir?

-Empecemos por un no me gustaría morir.

Entonces Sasuke oyó que a Shikaku se le cayó el martillo, otra vez. Y Shikamaru luchaba por permanecer despierto para no dejar a Sasuke sólo, lo que a veces motiva a dormir rápido al Uchiha, y otras veces no. Esa noche fue un No.

-Me pregunto qué estará haciendo Neptuno...

-¿Neptuno?- los ojos del Nara se volvieron a abrir interés y se puso de costado. -¿Quién es?

-Un gato negro, tiene los ojos muy azules y las orejas puntiagudas- Sasuke habló entre bostezos y sacudió ligeramente la cabeza -lo sabrías si me visitaras más a menudo. Se metió a la casa por accidente y ya no lo dejé salir.

Oyó a Shikamaru reírse a medias, con un tono perezoso, pero riéndose, y se frotaba el ojo. El chico apoyó en codo en la cama para sentarse, pero parecía haber olvidado que no estaba en la mitad de la cama, sino a la orilla para hablar con Sasuke, e intentó apoyar el codo en el aire.

Sasuke abrió mucho los ojos, con los labios temblando por la risa, e intentó huir antes de que Shikamaru le cayera encima, pero medio pudo moverse antes de que el Nara cayera con un ruido sordo. -¡Ay!- se quejó Sasuke.

Lo primero que el Nara hizo fue quejarse, lo que provocó la risa de Sasuke. Shikamaru se quedó inmóvil, con ganas de reír. Trató de ver a Sasuke a través de la oscuridad. Y pensó en encender la luz, porque era raro escuchar reír a Sasuke de forma tan libre, y aún más raro que se riera tanto que sus ojos se achinaban. Y a él le gusta verlo.

Cuando Sasuke se sentó, todavía riendo y más tranquilo, Shikamaru parecía nervioso, y cómo no. Sasuke se apoyó en sus codos y lo miró, y se quedó en silencio de forma abrupta cuando el pelo de Shikamaru le hizo cosquillas en la nariz.

Sintió como cada músculo se le congeló, que respiraba más lento y que la lengua se le había entumecido. Allí, frente a él, la misma imagen que vio en sus sueños. Sólo que real e inocente.

Entonces Sasuke experimentó algo extraño, su cuerpo fue abarcado por una gran sensación de euforia, seguido de lo que él puede llamar una sutil epifanía en su corazón. Pero todo eso fue acompañado de una dosis de nerviosismo.

Él no era capaz de contar en ese estado, pero juraría que fueron segundos los que bastaron a su cuerpo para comenzar a reaccionar, y Sasuke tuvo que empujar a Shikamaru antes de que fuera demasiado obvio que su torrente sanguíneo parecía una tormenta violenta.

-¡Buenas noches!- le dijo, tal vez demasiado alto, y se envolvió en las sábanas, porque a pesar del intenso calor, su cuerpo estaba frío.

Sasuke intentó no moverse, tenía la punta de los dedos heladas, y aunque hace un rato lo más seguro es que haya estado sonrojado, en ese momento estaba más pálido que un muerto.

Shikamaru estaba mudo, con el corazón en la boca. Sus ojos no dejaron la figura envuelta en las sábanas mientras se ponía de pie y volvía a meterse en la cama de forma torpe, con los nervios en el estómago y un agobiante calor.

-Buenas noches...- le respondió en voz baja, pero Shikamaru está seguro de que el sueño se le había ido de vacaciones a la isla de nunca jamás y no retornaría en un buen, buen rato.

¿Qué haces, Sasuke? Where stories live. Discover now