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Capítulo 7: Resonancia del Triunfo

CHECO Y LEWIS

El Shatterdome, aún resonando con los vítores y rugidos de triunfo, cambió a un modo diferente mientras los pilotos de Jaeger regresaban de su intensa batalla contra los Kaijus de Categoría 3. Las secuelas trajeron una sensación de logro, pero también el inevitable costo tanto para el hombre como para la máquina.

Gipsy Danger, Tacit Ronin y Arctic Lancer regresaron, sus enormes estructuras llevando las marcas del combate reciente. Checo, habiendo asumido sin problemas su papel como Especialista Principal de Asalto, guió a los pilotos a través de los procedimientos post-batalla. La rutina era familiar pero nunca fácil: el agotamiento físico y mental, la adrenalina aún fluyendo por sus venas.

Los pilotos descendieron de sus Conn-Pods, cada paso un recordatorio del peso que llevaban. Mako Mori y Raleigh Becket, Yuki Tsunoda y Zhou Guanyu, Lewis Hamilton y Lance Stroll: héroes a ojos del mundo, pero simples mortales lidiando con las secuelas de un asalto Kaiju.

La recuperación era una danza bien coreografiada. Equipos médicos irrumpieron, revisando sus cuerpos y evaluando la fatiga. Los Jaegers fueron sometidos a exámenes exhaustivos, sus cuerpos metálicos escudriñados en busca de daños durante la batalla. En medio del caos organizado, Checo mantuvo una presencia calmada, ofreciendo palabras de aliento y asegurando el bienestar de su equipo.

Los pilotos, conscientes de que un segundo ataque Kaiju no era inminente, encontraron consuelo en el hecho de que se podía tomar tiempo para la recuperación. Las rutinas habituales post-misión se desplegaron: la infusión de nutrientes, la aplicación de tecnologías avanzadas de curación y el abrazo tranquilizador de tratamientos inductores del sueño. El Shatterdome se transformó en un refugio de recuperación, un santuario para guerreros que, en un abrir y cerrar de ojos, habían enfrentado el borde de la aniquilación.

Mientras la sala de recuperación se establecía en un ritmo tranquilo, Checo se encontró junto a Lewis.

"Hey, Lewis", comenzó Checo, su tono una mezcla cuidadosa de profesionalismo y preocupación genuina. "¿Cómo lo estás llevando?"

Lewis, tomando un momento para procesar la pregunta, ofreció una sonrisa cansada pero sincera. "Sobreviviendo, Checo. Es una montaña rusa, ¿verdad?"

Checo asintió, sus ojos reflejando una profundidad de comprensión. "Lo hiciste muy bien ahí fuera. Tus movimientos fueron precisos, Lance también."

Había una sutil ternura en las palabras de Checo, un reconocimiento de los desafíos tanto dentro como fuera del Conn-Pod. Lewis, apreciando el sentimiento no expresado, respondió con un asentimiento. "Tú también lo hiciste genial. Hacemos un buen equipo, ¿verdad?"

La mirada de Checo tenía un calor que trascendía el caos del Shatterdome. "Así es."

El intercambio tierno no pasó desapercibido por los demás en la sala. Mako, Yuki, Zhou y Lance intercambiaron miradas sabias, reconociendo el apoyo silencioso entre Checo y Lewis. En medio de la atmósfera apagada de la sala de recuperación, la conexión entre los pilotos de Jaeger se convirtió en un testimonio de la resistencia del espíritu humano.

Mientras el suave murmullo de la sala de recuperación los envolvía, Mako Mori se acercó a Checo con una expresión genuina de gratitud. Sus ojos, reflejo tanto del agotamiento como de la resistencia, tenían una profundidad que hablaba de experiencias compartidas y entendimiento no expresado.

"Checo", comenzó Mako, su voz siendo una presencia calmante en la habitación, "hiciste un gran trabajo allí fuera. Tu coordinación con Horner y Alice marcó una diferencia significativa."