SOME THINGS ARE MEANT TO BE [volkacio]

Capítulo 13

Aquella mañana Volkov odia el sonido de la alarma. No sabe a qué hora logró dormirse, pero es consciente de que ha dormido mal. Ha vuelto a tener la pesadilla que le atormenta cuando está muy estresado: la discusión con Horacio. Se despereza con cuidado, evitando a toda costa que el pequeño que aún duerme a su lado, se despierte. Le permite dormir un poco más, mientras él se ducha y prepara el desayuno.

Cuando ambos han terminado de desayunar y recoger la vajilla, toman las cosas necesarias para ir a su destino: la editorial.

Volkov no ha tardado en adaptarse, y le encanta. Adora el ambiente laboral que hay allí, sus compañeros le saludan cordialmente y entra en su oficina. Tiny Hache se entretiene leyendo uno de los cientos de libros que tiene disponibles -y gratis-, y Viktor coge su tablet para dirigirse al despacho de su jefe, el cual le necesita.

—Buenos días, jefe —saluda.

—Buenos días, Volkov —sonríe. Pues es consciente del maravilloso trabajo que llevarán a cabo en unos días—. ¿Estás preparado? Creo que lo que tenemos que organizar te va a gustar. Siéntate.

Viktor obedece y se sienta frente a él, expectante a las palabras de su jefe.

—¿Has oído hablar de la escritora de moda, Athenea Miracle?

Volkov afirma con un sonido gutural, y le deja hablar.

—Bien, pues como sabes estamos trabajando con ella para la publicación de su siguiente libro, que sale en apenas unos días. Athenea es demasiado cercana a sus lectores, y siempre le gusta celebrar la publicación de sus libros con ellos. Es por eso que, nos hemos puesto en contacto con varias de las mejores bibliotecas de la ciudad con las que trabajamos y, hemos decidido hacerla en la librería llamada Mariposas.

—De acuerdo —contestó Viktor—, ¿cuál es mi tarea?

—Verás, te iba a preguntar si no te importa organizar lo que sería la firma. Nosotros nos hemos encargado de hablar con los dueños del local y están de acuerdo, pero debemos llevarles cientos de copias del libro y organizar la sala junto a sus trabajadores para que todo esté listo y la gente que vaya a la firma esté cómoda. Vamos a adaptar el lugar para que se haga un club de lectura. La autora leerá un par de capítulos y, posteriormente, firmará a todo aquel que esté allí. Yo ando ocupado con los demás escritores que publican en un corto periodo de tiempo, así que he pensado que estás lo suficientemente capacitado como para realizar este trabajo solo.

—Solo... —repite Volkov en voz baja, no muy convencido.

—Bueno, solo y con el personal de la librería. Pero tú serías el representante de la editorial en esta ocasión.

—Entiendo —responde Volkov, que empieza a abrumarse por toda la responsabilidad.

—Por supuesto, te pagaré más por hacer el esfuerzo —sonríe su jefe.

Volkov asiente repetidamente, tratando de autoconvencerse en que él puede hacerlo. Que está capacitado. Si su jefe ha confiado en él, tiene que ser por algo. No puede fallar en el primer voto de confianza que depositan en él. Horacio le enseñó a no rendirse.

Horacio... De nuevo en su pensamiento. Antes de poder sobrepensar todo de nuevo, su jefe vuelve a hablar:

—Entonces, ¿te parece bien? ¿Aceptas este trabajo?

—Sí —contesta Viktor firmemente—. Será la mejor firma de libros de la ciudad.

Su jefe sonríe ante la confianza de Volkov, y le estrecha la mano antes de despedirse de él.

—Aunque aún quedan días, me gustaría que visitaras la librería pronto. Así, puedes ir hablando con los trabajadores de allí sobre cómo vais a hacerlo. Me gustaría que me notificaras de las novedades, ¿de acuerdo?