Capítulo 55.- Año Nuevo II

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Narra Natalia

31 de Diciembre

Nueva York en año nuevo era un caos, las calles se inundaban de NewYorkinos y de miles de extranjeros.

Había sido invitada por parte de mi equipo de trabajo a recibir el año nuevo en el Empire State.

Llevaba un vestido negro con unas mallas térmicas debajo, el frío se sentía en cada lugar de la ciudad.

Sin duda, nunca imaginé estar donde estaba, desde pequeña había soñado viajar y vivir en otra ciudad, no podía creer que lo había cumplido.

Tomé mi abrigo y me lo coloque, después me dirigí por una copa de champagne que ofrecían los meseros del evento. Salí del salón y me dirigí al rooftop del piso donde estábamos.
Sentí mis mejillas congelarse rápidamente, pero la vista de la ciudad lo valía.

Las luces y adornos navideños se alcanzaban a ver perfectamente. Un sentimiento de nostalgia me comenzó a invadir rápidamente.

Mi vida había cambiado por completo los dos últimos años, llevaba cinco meses fuera de México y nunca creí extrañarlo tanto.
Pero sabía que no era la ciudad, era una persona.
Me sentía la protagonista de una historia mal escrita, sin su final feliz...o tal vez, el final que yo quería, no podía ser.

Tomaba el amargo sabor del champagne, nunca me agradó. Busqué mi celular en mi bolso del abrigo, faltaban tres minutos para el año nuevo.

Mi fondo de pantalla aún no cambiaba, seguía siendo una foto con Kevin, ambos sonriendo.

Nunca me había dado cuenta de la sonrisa que tenía en la foto y como mis ojos se arrugaban con esa sonrisa, Kevin me hacía sonreír de esa manera. Me hacía sentir viva, no me hacía cuestionarme del futuro o de mi pasado, no sabía que hacer o a dónde ir, solo sabía que quería estar con él.

Busqué su número en mis contactos, aún seguía guardado con el corazón rojo al final de su nombre, dudaba en marcarle, al menos escuchar su voz.

Escuché el estallido de fuegos artificiales en la ciudad, ya era año nuevo. Mis conocidos y compañeros gritaban y se abrazaban desde el salón.

Lo tomé como señal, ambos estábamos bien, sin el otro. A lo mejor siempre debió de haber sido así. Acepte mi realidad, Kevin era un pasado, el pasado que me había enamorado.

-¡Ven Natalia! ¡ya es año nuevo!.- gritó Irina, una de mis compañeras.

-Ya voy.- respondí.

Apague mi celular y suspire fuertemente. Posiblemente no lo extrañaba, solo las fechas me hacían ponerme nostálgica.
Estaba esperando que el tiempo hiciera efecto en mi y de verdad que me ayudara a soltar.

(...)

Narra Kevin

Punta del Este, Uruguay. 📍

-Hermano, todo tuyo.- Brian me estiró el vaso con una bebida extraña en el.

Lo tomé y bebí de él.

-Que es...- hice gestos por el sabor.

Los amigos de Brian se empezaron a reír.

-Jugó de naranja, con ron y refresco de coca-cola.- respondió uno.

Estábamos a menos de 10 minutos de recibir el año nuevo. Brian me había invitado a pasarlo en su país, Uruguay.
Había aceptado, quería estar alejado unos días de todo lo que me pasaba en el equipo.

Seguimos bebiendo, platicando. Estábamos en un restaurante a unos metros de la playa, los edificios de la ciudad estaban iluminados, haciendo que la playa se viera aún más hermosa.

-Las que tú quieras hermano.- llegó Brian a mi, abrazándome por los hombros.- Hay varias chicas esperándote.

Yo sonreí.

-¿Ya viste quién será tu primer beso de este año?.- dijo Brian.

-¿Y tú ya viste la tuya?.- respondí antes de beber de mi vaso.

-Estoy viendo a esa morocha.- señaló a una chica.

-Tienes 8 minutos para preguntarle.- dije señalando mi reloj.

Brian asintió y se dirigió a la chica, siempre era bueno conquistando.

Camine unos metros, hacía una palapa del mismo restaurante.

Prendí mi celular, dejándose ver el fondo de pantalla con Natalia, aún no lo había quitado.

Desbloqueé mi celular y me aparecieron recuerdos de un año atrás, ambos en Amsterdam, recibiendo el año nuevo.

Veía las fotos y videos que nos habían tomado. Solo con ella podía mostrar ese lado de mi, tan vulnerable, ella me hacía sentir débil, aún a la distancia.

En Nueva York faltaba una hora para que fuera año nuevo,busqué si número en mis contactos, estaba dispuesto a marcarle, saber de ella.

Pensaba en ella cada día desde el último día que la vi, había hecho de todo para que se saliera de mi mente, pero aún estaba muy incrustada en cada parte de mi.
Pensaba en ella muy despacio, quería tener la certeza si algún día la volvería a ver, que podría volver a mirarla a los ojos, esos ojos que me volvían loco.
A pesar de que ella era la que había tomado la decisión de irse, yo no entendía eso, que ella quería estar lejos.
Abrazaba cada recuerdo, cada momento en los que fui tan feliz a su lado y odiaba las veces que quise hacer y demostrar lo mucho que la amaba y no lo hice por miedo.

Escuché la cuenta regresiva del Año Nuevo, me debatía entre marcarle o dejar las cosas como estaban.

Dure unos segundos viendo la pantalla con su número en ella, estaba a una llamada...

-Hola guapo.- dijo la rubia a mi lado.

Volteé a verla y suspire.

Bloquee mi celular y lo guardé en mi bolsillo.

Me dirigí hacia ella con una sonrisa, escuchando los fuegos artificiales de fondo, ya era año nuevo.

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