GOFUSHI: El Arresto

232 11 17
                                    

FanArt: Deltapork 

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

EL ARRESTO 

—¡Alto ahí, oficial! Aunque sea policía, queda usted bajo arresto—un comisario (extraordinariamente guapo y de ojos azules como el cielo) esposaba a otro.

—¿Cuál es mi delito? —el esposado estaba aprisionado con el pecho contra una fría pared y las manos en la espalda. Se trataba de un joven de cabello negro y rostro precioso. El uniforme de policía resaltaba aún más lo blanco de su piel y sus ojos azul oscuro.

—¡Exceso de belleza! Tiene derecho a permanecer en silencio, cualquier cosa que diga será utilizada en su contra.

El comisario que lideraba el arresto era un hombre alto y joven. Y, así como el arrestado, también gozaba de un rostro hermoso que le gustaba adornar con gafas de sol oscuras y redondas, llevaba el cabello blanco siempre perfectamente peinado y no había día que no luciera impecable.

"¡Ja! «exceso de belleza» ¡Qué descaro!", pensaba el aprehendido. "Él no tiene moral para decir eso".

El criminal y el justiciero estaban solos, eran las dos de la madrugada y se encontraban en el estacionamiento de un conjunto residencial que habían ido a inspeccionar luego de una llamada de una ciudadana al 911. Una señora se había comunicado con la estación de policía porque su hijo estaba desaparecido desde la tarde y resultó ser que estaba borracho y dormido en el patio de su casa.

Falsa alarma. Todo bajo control.

Pero tenían algo de tiempo libre...

El de cabello blanco se llevó al otro casi a rastras hasta el vehículo, abrió las dos puertas del lado derecho de la patrulla para esconderse entre ellas, le agachó la cabeza y antes de meterlo a la unidad le dijo:

—Si no se resiste, no le pasará nada.

—Comisario, ¿si hago lo que me pide, me dejará en libertad?

—Todo depende de lo bien que se comporte, agente Fushiguro—respondió el oficial Gojo besando el cuello y pegando todo su cuerpo por la espalda del arrestado.

El pelinegro pudo sentir la tiesura que ya había entre las piernas de su compañero. Un suspiro acompañado de una sonrisa atrevida apareció en su rostro.

—Con que le gusta la travesura, agente Fushiguro—siendo todo un experto en el arte de la seducción, el oficial Gojo le bajó la cremallera de la chaqueta con rapidez e introdujo una mano por debajo de la franela para tocar a gusto los deliciosos abdominales que tenía el pelinegro—. El exceso de belleza es un delito en mi jurisdicción—le decía entre besos— me lo voy a tener que llevar a la comisaría.

—¡No, comisario! Haré... lo que... usted me pida—respondió entre jadeos el esposado, preso de la lujuria.

—Hacerte mío aquí y ahora, eso es lo que quiero.

El pelinegro asentía dando su consentimiento mientras que el otro ya le había bajado los pantalones y boxers hasta las rodillas.

—¡Ah! Qué nalgas tan bellas, agente Fushiguro—dijo apretándolas con fuerza.

El albino echó una mirada rápida por encima de las puertas de la patrulla para corroborar que estaban solos.

Nada, todo desolado.

Se agachó quedando a la altura de las caderas del otro, Fushiguro seguía de espaldas y con las manos engrilletadas en la parte posterior de cuerpo. Con una mano, el agente Gojo le comenzó a estimular.

—¡Ah!

—Shhh ¡Silencio! No estás en derecho de hablar—lo regañó gojo, que se levantaba para besarlo de nuevo y entrar en él.

El corazón del agente Fushiguro latía a mil: la emoción de hacerlo en un sitio al aire libre, el miedo de que alguien llegara de repente, más lo bien que se lo estaban haciendo era una bomba para sus sentidos. Aunque estaba casi despojado de su uniforme, tenía todo el cuerpo empapado en sudor.

—¡Más, comisario! —suplicaba—¡Dame más!

Al comisario Satoru Gojo le excitaba muchísimo meterse en su papel de policía para amedrentar al otro. Ya lo habían hecho en muchos sitios: la patrulla, el comedor, las duchas de la estación de policía, callejones oscuros de la ciudad, estacionamientos, en su propio departamento, locales clausurados, e incluso una vez que patrullaban de madrugada lo hicieron en unos cajeros automáticos abandonados. Todo lugar que les brindara la adrenalina de lo prohibido, era bueno para sus fechorías.

La cochera mal iluminada y escondida de un pequeño conjunto residencial se prestaba esta vez como escenario para las alocadas pasiones de los dos muchachos.

Los jóvenes tenían muy bien guardado su secreto, era divertidísimo comportarse tan serios en la estación policial y luego tener sexo desenfrenado en los lugares menos pensados.

—¡Qué fácil fue la libertad, agente Fushiguro! —el peliblanco ya estaba por venirse—no es justo que estés tan bueno.

Absortos en la lascivia del momento, pensaban los cómplices que no podían tener una mejor pareja en todo el mundo: el comisario Satoru Gojo saciaba cada que quería su enorme apetito sexual con el hombre que lo traía de cabeza y el oficial Megumi Fushiguro se sentía completamente honrado y complacido por satisfacer sin tapujos al sinvergüenza de su novio.

*FIN*

JUJUTSU KAISEN ♥ ONE SHOTS VARIADOS ♥ TODOS LOS SHIPSWhere stories live. Discover now