JUJUTSU KAISEN ♥ ONE SHOTS VARIADOS ♥ TODOS LOS SHIPS

GOYUU ♥ FLORES PARA TI

Satoru no sabía que regalarle a Yuji el día de San Valentín. El albino le había propuesto cenar en un restaurante de 5 estrellas y pasar la noche en un exótico hotel de lujo... pero su amado le dijo que prefería estar en casa porque iba a preparar una cena especial para los dos.

—Ya podrás cocinarla otro día, mi vida—le había dicho Satoru, pero el chico insistía que tenía que ser esa noche.

"Y ahora ¿qué hago?" pensaba Gojo algo estresado... ya era mediodía y no se le ocurría nada. A ver... de ropa ya le había regalado muchísima... un celular, también... una laptop, hace poco... perfumes, relojes, billeteras... eso ni pensarlo, que cliché. Yuji era especial, no le se podía regalar cualquier cosa.

"Dice que va a prepararme una cena... lo ideal es que lleve yo el postre, pero ¿prepararlo? se me da fatal la cocina... bueno igual puedo comprarlo no pasa nada"

Salió del departamento rumbo a una peculiar y muy costosa pastelería, donde seguramente habría los mejores postres para el día del amor. "Uff... menos mal se me ocurrió esto", dijo luego de comprar un bonito pastel.

**Mensaje entrante**

De: Yuji ♥También preparé postre *w*

—¿HUH? Tiene que ser una broma—gritó Satoru en medio de la calle con el celular en la mano, y con la torta en la otra. Las personas que pasaban lo vieron raro.

Era su primer día de los enamorados juntos, y la verdad Gojo no era muy acertado en el tema de las sorpresas.

"¡Qué mala suerte! Ya son las tres de la tarde y no sé qué llevar" refunfuñaba. Miraba las vitrinas de las tiendas que tenían temática de San Valentín: arreglos de golosinas con globos... chocolates de corazón... peluches... "¿Le gustarán estas cosas a Yuji?", suspiraba indeciso.

En eso pasó por el frente de una bonita floristería, la verdad es que a él le gustaban mucho las flores. Podría ser lo que sea, pero Satoru tenía un corazón tierno. Se quedó mirando la belleza de las rosas, los lirios, los claveles, las margaritas y todas las demás flores cuando la vendedora lo abordó:

—¡Señor! Seguro está buscando un bonito arreglo para esa persona especial—dijo la chica muy entusiasmada mientras lo jalaba por el brazo para que entrara.

—S...Sí—bueno, la verdad era que no. Le gustaban para él.

—¡Aquí tenemos todo lo que usted busca! ¡Y le presento el especial de hoy! ¡Ramos de cumplidos! —le decía mientras le enseñaba unos arreglos florales que parecían normales.

—¿Qué tiene de diferente? —preguntó él.

—Por cada flor que tiene el ramo es un cumplido para su persona especial. Sí le gusta su belleza, su inteligencia y sensibilidad, sería un arreglo con tres flores que llevarán un cartelito escrito con el nombre cada cualidad. ¿Qué le parece?

Bueno... eso no estaba tan mal. Incluso le causó gracia.

—¿Puede ser la cantidad de escritos que yo quiera?

—¡Claro que sí! —dijo la muchacha sin saber en dónde se estaba metiendo, la pobre.

Satoru escogió unas margaritas color violeta, que se dice que son el símbolo de la fidelidad y del amor puro y leal. ¡Ja! Él sabía mucho de esto.

Comenzó a escribir los cartelitos con todas las cualidades de su amado Yuji: honesto, sociable, amigable, tierno, atento, valiente... Mientras más escribía, más características hermosas de Yuji recordaba... Lo amaba tanto. Siguió escribiendo: decidido, empático, divertido, bromista, alegre, hermoso, bueno en la cama, buen cocinero... etc. 

—S-señor ya tenemos algo de 30 flores... ¿está bien así?

—Oh. Perdona, sí—dijo muy ruborizado.

Pagó y se fue.

—Ahhh, ya quisiera yo alguien así—suspiró la vendedora.

"Bueno esto no era lo que buscaba, pero no está mal" pensaba mientras casi se subía a su coche cuando por el rabillo del ojo vio algo brillante en una vitrina. El corazón le dio un vuelco. ¿Eso era? Sí, era perfecto... entró a la tienda y lo compró.

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—¡Buenas! Mi querido y amado Yuji—lo saludaba con un suave beso—¡Feliz día de San Valentín!

Los ojitos de Itadori al ver las hermosas flores no tenían precio.

—¡Un gran ramo de cumplidos para ti! —le regaló otro beso, pero en la frente.

—Muchas gracias, están hermosas—dijo el pelirosa muy conmovido mientras las tomaba.

—No tanto como tú.

—Ya está lista la comida, cenemos—lo invitó Yuji.

—Primero quiero preguntarte algo.

Lo que pasó a continuación, ni el mismo Itadori que lo estaba mirando en primera persona lo podía creer. Satoru se puso de rodillas y, ofreciéndole un precioso anillo, le dijo: Itadori Yuji, te prometo amarte en cada momento y hasta el último día de mi vida ¿me harías el honor de casarte conmigo?

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AAAAAAAY QUE VIVA EL AMORRRRRRRRRRRRR (llora en solterona)