Hotcakes -kookmin mini au

02- 🥞

🥞🥞🥞🥞‼️‼️

Antes de siquiera poder decir o hacer algo la pequeña Misuk se separó un poco de su padre para tratar de tranquilizarlo.

—Papi, no llores. —la pequeña tomó las mejillas del hombre, con la manga de su suéter limpió el camino que las lágrimas habían dejado en las mejillas ahora rosadas de su padre, dio un besito en la nariz también rosada y sonrió. No entendía porqué su papá estaba llorando, pero si sabía que no quería verlo llorar nunca más. —El señor Jimin pensará que eres feo por llorar tanto. —se burló.

Es entonces cuando la mirada del hombre cae en la del chico castaño quien hasta ahora había estado a una distancia prudente de ellos.

Jungkook parpadeó, observando al muchacho con atención.

¿Quién era ese chico? ¿Un nuevo maestro acaso? No parecía tan mayor, quizás estaba en sus veintes. ¿Y la señorita Kang?

—¿Quién es usted? —preguntó sorbiendo la nariz después de unos minutos analizando al chico en silencio. En sus brazos tomó a la pequeña Misuk para incorporarse en su lugar. La pequeña limpiaba el rostro de su padre. —¿Y la señorita Seulgi? —frunció el ceño.

—Ah, soy amigo de Seulgi, vine a recogerla pero como se ocupó me quedé cuidando a los niños con la señorita Yerim, pero ella fue a cambiarle el pañal al otro niño. —explicó haciendo una pequeña reverencia. —Me llamó Jimin, por cierto.

El rostro del contrario se suavizó.

—A-ah, mucho gusto, Jimin, soy Jeon Jungkook, el padre de Misuk; cómo puede ver. —sonrió un poco apenado por la escena que había hecho tan solo unos minutos atrás.

Jimin sonrió.

—No hay problema, señor Jeon. Es un placer conocerlo y a la pequeña Misuk también. —sonrió dejando expuestas sus paletas frontales mientras sus ojitos se cerraban por sus mejillas. Lindo.

—Lamento la escena anterior es sólo que-

Jimin negó, interrumpiéndolo.

—No se preocupe, todos somos humanos y tenemos sentimientos, estoy seguro que a Misuk no le importa que sus hotcakes no sean los mejores, pero están hechos con amor y eso es lo que más importa al final de cuentas. —sonrió dulcemente. —Además puedo ver que usted ama mucho a su hija, así que no tiene que preocuparse por lo que digan los otros niños, al final de cuentas la mayoría no lo dice con malicia, son sólo comentarios inocentes de niños, no se sienta mal, señor Jeon. Y si le preocupan sus hotcakes, con gusto podría enseñarle mi receta de cómo hacer hotcakes. —sugirió inseguro, pues no quería sonar irrespetuoso ni nada por el estilo. Sólo esperaba que el hombre frente a él comprendiera.

Jungkook quedó estático en su lugar por un tiempo, no sabía si aceptar o no la ayuda del chico frente a él. Por una parte era un desconocido, un desconocido de apariencia amable, amigo de la maestra de Misuk y con una sonrisa bonita. Pero era un desconocido que le estaba ofreciendo la receta para hacer hotcakes más ricos y bonitos para su pequeña hija. Entendía que el chico no quería ser rudo, simplemente quería ayudar.

Que difícil es tomar decisiones.

Después de pensarlo por un tiempo, que para el castaño fue una eternidad pero no iba a decir nada, llegó a una decisión final.

—De acuerdo. —asintió. Los ojitos miel que lo observaban atento se iluminaron. —Pero antes déjeme agradecerle por su ayuda y acepte que lo lleve a comer. —pidió sonriendo, dos paletas aperladas de prominente tamaño asomando tras sus finos belfos creando un balance con las perforaciones y tatuajes visibles a simple vista.