El bosque

50 18 26
                                    

Joshua Starr

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Joshua Starr.

Respiro pesadamente mientras dejo caer el cuerpo del dentista por segunda vez al hoyo que cavé.

Me siento al lado, sintiéndome furioso pero a la vez con miedo.

—Diablos, se supone que lo apuñale con un destornillador oxidado—escupo en la tumba mientras me levanto y tomo la pala para enterrarlo.

Los únicos testigos soy yo y Claudia, la gallina del circo. Estiro mis músculos doloridos cuando por fin acabe de tapar el hoyo, listo para regresar al circo y dormir un poco.

Con paso vacilante, miro alrededor del bosque, cada árbol, cada hoja seca, los arbustos, las ardillas, los pajarillo y Claudia. Escucho el crujido de unas ramas, miro detrás de mí, mientras tanto, Claudia lo único que hace es cacarear de forma nerviosa, toma con su pico una roca brillante y corre en dirección al circo.

—Tonterias—murmuro cansado, necesitando dormir o tomar un café.

Sigo caminando, pero recuerdo las palabras de aquel joven que encontré detrás de mi caravana.

Suspiro y aprieto mis manos. Él bosque de Grace-Town no es ni siquiera lo mismo desde que traje a más de diez cadáveres aquí, incluida Lisa.

¿No pudo contigo?, interesante—murmura aquella misma voz que escuche en el bosque.

Me detengo en seco, doy un vistazo hacia atrás y no veo nada. Sigo caminando hacia el circo, miro como por las ramas se escapa el rayo de luz del amanecer que ilumina el camino. Apesar de ser un lugar tranquilo, ahora parece todo lo contrario.

Acelero mi paso hacia el circo, a lo lejos veo el claro, y ahí están. Claudia está junto a sus demás compañeras gallinas tratando de quitarle a Charlie, un Chihuahua malabarista, su brillante collar.

Entro al circo por la entrada principal y miro a Isabelle, quien está barriendo el piso. Escondo la pala en mi espalda, y con una sonrisa nerviosa la saludo.

—Buenos días, Isabelle—me muevo hacia ella con normalidad.

Ella me devuelve la sonrisa, dejando de barrer.

—Buenos días, Joshua—me saluda con amabilidad, para luego seguir con su labor.

Suspiro y camino hacia mi camerino, pero escucho la voz de Isabelle llamándome.

—Espera, Josh.—ella camina hacia donde estoy yo, cada paso que da ella me hace sentir nervioso—Ahora que Evelyn está en las vacaciones de verano, estoy pensando en enseñarle algunas acrobacias como la danza. ¿No te molesta, cierto?—ella me mira, esperando mi respuesta.

Lo único que hago es ensanchar más mi sonrisa.

—No hay problema—digo mientras me muevo hacia atrás.

—Por supuesto...—ella murmura entrecerrando sus ojos, mientras me mira de arriba a abajo—Dame la pala—su tono cambia a uno alegre, mientras me tiende su mano.

Le entrego la pala, nervioso por la mancha morada de sangre, ella lo miró y ladea un poco su cabeza.

—¿Eso es...?—dice mientras levanta una ceja.

—Pintura—pongo mis manos en mi cintura, mientras me alejo de ella.

Me muevo rápido hacia mi camerino, dejando a Isabelle atrás con duda.

Llego a mi habitación, y prendo la luz mientras voy a mi tocador. Me miró al espejo y miro todo lo que soy.

—Gracias a Dios, no vio mi ropa—murmuro cansado mientras me quito mi camiseta  con sangre y tierra.

Voy a mi lavamanos y me limpio las manchas moradas de mi cuerpo. Miro mi reflejo, mis ojos están cansados, respiro profundamente mientras cierro mis ojos.

«No me siento culpable»niego con mi cabeza por mi estado«Era un pedofilo»recuerdo la mirada perversa de aquel dentista cuando abrió los dientes de mi hermana.

Volví a romper mi promesa.

Jacob Stone.

Mi siesta es interrumpida cuando siento la lengua de Bell, mi perro Chihuahua, rápidamente abro los ojos, encontrándome con la cara de una de las tantas mascotas del circo.                   
                                                         
—Hola, Bell—tomo al perro en mis manos y me siento en mi cama, mirando por las ventanas de mi caravana noto que es temprano.                                                

Bell salta de mis brazos y corre hacia la puerta de mi caravana. Miro con tristeza como ella se va, pero decido levantarme

—¡Jason!—llamo a mi hermano gemelo, me levanto de mi pequeña cama aún con la pijama de payaso puesta—¿En dónde pusiste tu trasero?—camino hacia el frente de la caravana y solo encuentro una bolsa con polvo blanco en uno de los sillones.

Decido salir de mi caravana y camino hacia la carpa principal. En la entrada me encuentro con Joshua, quien luce desgastado y no tiene una camiseta.

—Hola, Josh. ¿Has visto a mi hermano—le saludo con una sonrisa. Me acerco a él, notando que tiene ojeras.

—Hey, Jacob —él me devuelve la sorisa, mientras cambia su semblante cansado a uno feliz—No, no lo he visto a ese tarado—suspira mientras se pasa una mano por su cabello.

—Dios, tal vez este muerto—murmuro mientras me rasco la nuca preocupado.

Joshua abre los ojos y se rie mientras ladea su cabeza.

—¿Qué?, no. Ya sabes, es Jason...—él levanta sus hombros con pereza, terminado de reir.

—Bien, lo seguiré buscando...—digo mientras me voy.

Me adentro más profundo del circo y miro solamente a algunos trabajadores peleando contra Isabelle para tomar un trapeador.

Miro nuevamente por todos lados y no encuentro nada, solo a mis amigos y a mis compañeros.

Suspiro mientras siento como mi frente suda y mi corazón late con muchísima velocidad. A lo lejos, viene corriendo Kaitlyn detrás de su hermana, quienes parecen estar discutiendo por algo.

Miro con curiosidad la situación, ambas no parecen ser las mejores primas que he conocido...

—¡Pareces una ramera!—Kaitlyn le grita con frustración hacia Katherine quien se sorprende.

—¿Disculpa?—Katherine se queda boquiabierta, mientras se mueve a mi lado.

—¿Qué?—ladeo la cabeza, tratando de comprender que ocurre.

—Nunca pedí ser tan hermosa—Katherind pone una mano en su pecho—Perdóname, hermana, pero nací así—ella se ríe exageradamente mientras se aleja detrás de mi, dejando a su Kaitlyn con el ceño fruncido de enojo.

Suspiro mientras encorvo mi espalda, estoy perdido en este circo de niños que finjen er adultos....

Suspiro mientras encorvo mi espalda, estoy perdido en este circo de niños que finjen er adultos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
One Day...Consequences.Where stories live. Discover now