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¡¿Qué está sucediendo aquí?!

Dijo una voz mientras se formaba una sombra en frente de Lynn.

Lynn: La verdad es que no sabría explicarlo...

Sombra: Ya veo, entonces has cavado tu propia tumba.

Lynn: ¿Eh? Pero no les he hecho nada, en verdad, esta situación es...bueno..

Sombra: Parece que no puedes explicarlo así que no me culpes en el más allá.

Tras decir ello, una flecha tan veloz fue hacia el rostro de Lynn, no vió de donde vino pero el collar activó el muro de fuego de modo que se quemó antes de llegar a su rostro.

Sombra: Veo que no eres normal, pero no podras quemar mi siguiente flecha.

Es lo que dijo cuando tensó el arco, Lynn no vió precisamente en que momento formó el arco aquella sombra entre sus manos, aún así la flecha que estaba teniendo la sombra entre sus manos estaba brillando en un azul intenso.

Lynn: E-espera, espera, no es necesario todo esto...

Se formó una conexión.

Afrodita: Yuju, Lynn, te traigo la solución. Menciona a la Diosa Génova.

Lynn: ¡De hecho vengo a hablar con la Diosa Génova!

Sombra: ¿Génova?

En ese momento la flecha dejó de brillar, la sombra fue bajando el arco lentamente mientras soltaba un pequeño suspiro.

Sombra: Ya que conoces el nombre de Génova debes saber que hace tiempo que no habla con humanos, sin importar que estés buscando la Diosa Génova no va a responderte.

Lynn: Puedo conseguirlo, sé que puedo...

Sombra: Huh, como muestra de consideración por parte de Génova te dejaré ir, no obstante si vuelvo a verte te aniquilaré.

Dijo aquella sombra levantando nuevamente el arco y tensando la flecha, podía verse como esta comenzaba a brillar.

Lynn: Déjame hablar con Génova, necesito la espada sagrada.

Sombra: ¿La espada sagrada? ¿Cómo sabes que existe?

Lynn: Me lo contó un alto rango de la iglesia.

Sombra: Ya veo, podemos probar si es cierto, vamos con la estatúa a ver si es verdad lo que dices, si Génova no te da respuesta alguna me temo que morirás de todos modos.

Lynn: Te lo agradezco...en verdad.

Sombra: Por cierto, si envenenaste a las Hadas dales un antídoto, son muy preciadas para morirse.

Lynn: No les envenené, de hecho no sé que les pasa...

Afrodita: Ah, ese es otro de mis poderes, afródisiaco.

Lynn: (¡Idiota, idiota! ¡Deshazlo!)

Afrodita: Huh...pero amenazaron a mi hermoso Héroe.

Lynn: (Afrodita, deshazlo ahora.)

Afrodita: Hum, tienen suerte mortales que mi Héroe sea tan bondadoso.

Lynn: (Sabes que no te escuchan)

En ese momento, las dos Hadas quedaron en el suelo, respirando agitadas, aquella emoción que recorría sus cuerpos poco a poco fue desapareciendo hasta quedar agotadas.

Sombra: Pondré una barrera para que descansen.

Tras decir eso, la Sombra comenzó a dibujar circulos mágicos alrededor del suelo, de esa manera el lugar fue rodeado por una segunda barrera que protegía a las hadas Ying y Yang del exterior.

¡Mi propio Harem de Diosas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora