𝑴𝑰 𝑹𝑬𝑫𝑬𝑵𝑪𝑰𝑶́𝑵 『 (𝘽𝙉𝙃𝘼) (𝐇𝐨𝐭𝐞𝐥 𝐇𝐚𝐳𝐛𝐢𝐧) 』

Capítulo 2: El Camino Entre el Desastre

¡Hey, hola!.

Gracias por sus comentarios en la primera parte. Realmente me dan ánimos a la hora de escribir esta historia.

Tratare de actualizarla lo más rápido posible, tengo una lluvia de ideas y debo aprovecharlo antes de que se me acabe la inspiración.

¡Empezamos!.

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Izuku se encontraba caminando por un lugar completamente ajeno desconsertante. Cada paso que daba resonaba en el suelo áspero y gris, mientras que el cielo sobre él permanecía perpetuamente oscuro, como si el sol nunca hubiera existido en ese mundo desconocido. A medida que avanzaba, se topaba con extrañas criaturas que nunca antes había visto en su vida.

Una gran metropolis se alzaba ante él, con edificios altos y retorcidos que parecían surgir de la misma tierra oscura. Las calles estaban llenas de seres con rasgos sorprendentemente diferentes a los suyos. Algunos tenían cuernos que se curvaban hacia el cielo, mientras que otros tenían colas que se mecían con gracia detrás de ellos. La piel de muchos era de un tono rojizo intenso, contrastando con la palidez del adolescente.

Intrigado, Izuku se acercó a un grupo de estas criaturas, sintiendo una mezcla de curiosidad.

"hey, ¿quien es ese?". Pregunto una de las criaturas, mientra le daba un gran bocado a un tazón lleno de lo que parecían ser legumbres oscuras.

Cuando hablaban, sus voces eran ásperas pero melódicas, llenas de matices y tonos extraños.

En el centro del tumulto yacía una pequeña fogata que era alimentada con madera recién cortada, mientras una mujer alta y de rasgos particulares saco un gran caldero al cual procedió a verterle varias especies en su interior.

Izuku continuaba explorando la ciudad, y comenzó a notar miradas hostiles dirigidas hacia él. Criaturas con ojos afilados y posturas tensas lo observaban con desconfianza, como si su mera presencia fuera una intrusión en su mundo oscuro y misterioso. El aire se volvió denso con la tensión, y el joven Midoriya se sintió cada vez más incómodo.

A medida que avanzaba por las calles estrechas y retorcidas, algunas de las criaturas se detenían en seco al verlo pasar, murmurando entre ellas en un tono tan bajo que él no pudo escuchar. Sus gestos eran agresivos, y sus ojos brillaban con desdén hacia el forastero.

"¿tienes la hora, amigo?". Izuku se encontró rodeado por un grupo de estas criaturas hostiles, dirigidos por un sujeto que fácilmente alcanzaba los dos metros de alto.

Se sentía como si estuviera en el centro de un círculo de depredadores, cada uno evaluando sus posibilidades de ataque. Sin embargo, en lugar de retroceder, Izuku mantuvo la calma mientras trataba de rodearlos para seguir con su camino.

"Te estoy hablando cabron, ven a charlar un rato con nosotros". Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. Las criaturas hostiles parecían estar decididas a mantenerlo fuera de su territorio, emitiendo gruñidos y mostrando sus dientes en una sonrisa maquiavelica. "¿estas muy lejos de casa verdad?. Nunca te había visto por aquí, si solo eres un de los tantos refugiados que buscan donde vivir, déjame decirte que estas en el barrio equivocado".

"¿Refugiados?". Lo único que quería Izuku era estrellar su cabeza contra una pared, pero ciertamente había llamado su atención.

"¿Qué?... ¿Vives bajo una piedra? ¡Mira a tu maldito alrededor!". Izuku ladeo la cabeza a un lado.

El humo oscuro se elevaba de los escombros calcinados que cubrían gran parte del suelo. Pronto cayó en cuenta que el aire estaba impregnado de un olor acre, como el azufre.