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YŪJI POV

He aprovechado el tiempo yendo de un lado a otro con Oyuki-san desde ayer que Satoru se fue de viaje. Aún hay muchas cosas que hacer y preparar para la boda que es en dos días. - Maldita sea, no creí que esto fuera tan agotador esto. - reclamo para mi mismo mientras me dejo caer en la cama. Saldremos en una hora para ir a buscar la ropa para la boda. Dado que el primer evento será una ceremonia tradicional solo con amigos cercanos y familiares directos, debemos ir por la vestimenta apropiada a un lugar que Oyuki-san adora y en donde ella menciona que confeccionaron los trajes de su matrimonio, y luego a la sastrería por los trajes que usaremos en la ceremonia aquí en casa.

Aquí, todos los empleados corren de un lado a otro. Incluso se ha solicitado el doble de personal, y están trabajando las 24 horas del día, turnándose claro, para que todo esté listo para pasado mañana. Ni siquiera puedo entrar a la cocina porque además del chef, ha venido un maestro pastelero, quien se encargará del pastel del viernes. Todo es un maldito caos.

Lo peor de todo es que el idiota de Satoru no se ha comunicado. Ayer solo recibí un mensaje diciéndome que ya había llegado y que tenía una reunión.

Por alguna extraña razón, desde que desperté me he sentido caliente. No es mi celo pues obviamente estoy en cinta, pero ayer tenía toda la intención de hacerlo antes de que se fuera, pero el idiota prefirió una ducha. Y todos peor aquí porque su aroma está tan impregnado que siento que me calienta más.

Por curiosidad, le escribí a la doctora Shoko hoy en la mañana para preguntarle si esto es normal, y para mi sorpresa, me comentó que a medida que avance el embarazo tendré ciclos de calor de 1 o 2 días de forma intermitente durante todo el embarazo, esta es la forma en la que el cuerpo de un omega en espera utiliza para regular la carga hormonal. Y para mi desgracia no puedo tomar supresores y Satoru está de viaje.

Ni siquiera tengo mis juguetes aquí. - suspiro resignado porque es imposible que compre algo en este lugar, no con seis tipos siguiéndome como si fueran mi sombra y andando con mi futura suegra de aquí para allá.

Mierda.

Bajo mi mano a mi entrepierna y mi erección duele, necesito aliviarlo antes de salir. Me levanto de la cama y pongo seguro, no quiero sorpresas. Busco el pijama que Satoru uso ayer, es el que más impregnado tiene su aroma.

Me deshago de toda mi ropa y miro el reloj, aún tengo unos 40 minutos para encargarme de esto.

Me recuesto boca abajo en la cama, sosteniendo la camisa de Satoru con una de mis manos y con la otra mano comienzo acariciar mi p0lla. Muerdo la sabana para contener mis gemidos. - Toru... ahh... mgh... Tor... - le llamo en repetidas ocasiones mientras mi mano se mueve con urgencia.

No, no, no. No es suficiente.

Suelto la prenda, dejándola siempre cerca de mi nariz y llevo mi mano libre a mi entrada. Esta malditamente mojada, necesitada de recibirlo. Introduzco mis dedos, simulo embestidas, pero sigue sin ser suficiente, no puedo alcanzar ese punto dulce que me enloquece.

Mierda. Quiero que me c0ja.

- Maldita sea, Satoru. Vuelve ya. - susurro frustrado mientras me atiendo. Mis manos no me complacen como lo hace su cuerpo y su p0lla. Estúpidas hormonas. - ¿Será cierto lo que dijo? - me pregunto al recordar que me pidió una foto como motivación para regresar antes.

"Aunque una que otra foto provocativa, o una llamada caliente me incentivaría a terminar mi viaje aún más rápido."

El fin, justifica los medios. Eso es lo que siempre me he dicho cada vez que tomo un caso, y este no será la excepción. Tomo mi teléfono y abro la aplicación de la cámara, al verme, sé que puedo hacer que a ese idiota se le ponga dura si le envío una foto así, pero si yo sufro, él también.

VOTOS MORTALESWhere stories live. Discover now