•6

10 2 0
                                    

• Fase Dos ( Todavía)

La mañana volvió a llegar con un Taehyun sin dormir durante toda la noche, un par de noches más y consideraría la opción de usar pastillas para conciliar aunque sea unas pocas horas de sueño. En parte, el cambio drástico entre su ciudad natal y la gran ciudad, tras haber vivido largos 31 años en relativa calma, el ajetreo de la gran Seoul le tenía un tanto crispado, y eso que apenas estaba comenzando el segundo día.

Ahora, sí se menciona el hecho de que todo lo que estaba haciendo: ocultarle la verdad y mentir a sus amigos tan abiertamente, además de falsificar documentos para entrar en un gran compañía. Eran pequeños contribuyentes a robarle un par de horas de sueño, sin embargo, el verdadero activo era el hecho de que en cualquier momento podría volver a ver directamente a aquellos ojitos cafe claros que parecían resplandecer como luceros, en definitiva, esa posibilidad era la más arrebatadora de todas.

Dejando escapar en largo suspiro, junto a su antebrazo descansando sobre la frente, fija la mirada directamente sobre el techo pintado de un aburrido color gris, demasiado neutro para su gusto. Claro está que el verdadero asunto dando vueltas en su mente no tenía nada que ver con aquel neutro color.

Al contrario, su mente estaba llena de recuerdos coloridos y vibrantes, con un brillo espectacular y cautivador, de esos que añoras y darías todo por volver a vivir, una segunda y tercera vez, y de los cuáles no podrías cansarte jamás.

En sus atesorados recuerdos, el principal protagonista desde su punto de vista era el Omega que había causado un desastre en su corazón.

Consternado aún no lograba entender como era posible que aún lo siguiera amando con tanta intensidad, como sí todo esos años separados no hubieran pasado algún tipo de factura, o como si la distancia y desconocimiento por la vida cotidiana del contrario no generará algún tipo de desinterés.

Taehyun solo había aprendido a fingir que ya no importaba, que su corazón no estaba lleno de su Omega, que por las noches contemplaba ese lado vacío de la cama, que en secreto preparaba té de frutos rojos solo para poder sentir la esencia.

-No entiendo nada de esto... - Murmuró llevando ambas palmas a sus ojos para restregar, sentía que todo se volvería un caos, que el plan iba a fallar y todo se iría por la borda de la peor forma, y tras el encuentro no quedaría nada dentro de su pecho que le hiciera sentir.

Con un salto se sacudió las sábanas fuera del cuerpo para salir de la cama, negado a seguir nadando en esa piscina de negatividad y pesimismo. No, hasta aquí, solo se podía permitir unos cuantos minutos de esa forma, no más.

Agradecido con su gusto adquirido por la ropa ejecutiva durante la universidad, no tanto de corbatas, pero si un saco y camisa de vestir, pudo contar con el vestuario adecuado para asistir a su primer día como pasante.

-Dios... La última vez que hice de pasante fue hace ocho años... - Recordó ese corto periodo durante sus estudios superiores.

Cara lavada, loción masculina con aroma amaderado, vestido para la ocasión, teléfono cargado, billetera, identificación falsa y la real.

« Nota mental: no hagas una estupidez como mostrar las dos al mismo tiempo »

Echando un vistazo al reloj que marcaba 5:25am reconoció que tendría tiempo de pasar por un cafe instantáneo en la máquina que había en el lobby. No era su favorito, pero no tenía idea de dónde encontraría un local abierto a esa hora sin terminar llegando tarde.

Un par de pasos más y se encuentra cursando las grandes puertas giratorias de cristal, dejándose sorprender al ver toda la movilidad dentro del lugar a tan tempranas horas, el de por sí estaba llegando un cuarto de hora antes de la establecida.

Cry Baby • Taegyu Where stories live. Discover now