LEYENDO HERIDAS

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Más de una vez escuchas que todas las personas llegan a tu vida por alguna razón; por eso no te explicas como hay personajes que desearías no haber conocido nunca.

Todo cobra sentido con el paso del tiempo, cuando al fin aprendes que no todos los regalos vienen envueltos en papel de colores, que muchos de ellos llegan en forma de lecciones para enseñarte a amar y a amarte mejor.

Aprendes a diferenciar: los conocidos de los amigos, los parientes de la familia, los cariños de los amores, la música del ruido. Das valor a los minutos por encima de las horas y dejas de sentirte solo cuando estás en tu compañía.

Es un proceso que toma tiempo, que a veces llega en forma natural y que en otros casos es provocado por un evento tan inocente como el roce de la piel.

Un día te reconoces en los ojos de otro que te mira sin asustarse de tus confesiones profundas, que te enseña a leer tus heridas y a traducirlas a un lenguaje más amable y sin juicios.

Respiras profundo y las lágrimas de lo que creías que eran heridas para siempre, se convierten en cicatrices que te hacen único. Dejas de planear y de luchar por tener el control y en su lugar aprendes a agradecer y a amar lo que no esperas.

Te aceptas, te levantas, cantas y bailas y sonríes sin miedo. Sabes que te vas a seguir equivocando; pero tienes la confianza de que cada vez lo vas a hacer mejor.

LEYENDO HERIDASOn viuen les histories. Descobreix ara