veinticinco, veintiuno | bbangsaz

Capítulo 1 (PT. 2)

Hanni se arriesgó bastante a la hora de ir a la secundaria Tae Yang para asegurarse de que el gimnasio estuviera totalmente vacío y ver si podía colarse en él, sin que nadie la viera.

No importaba el riesgo, solo el resultado.

Verificó que la puerta estuviera abierta y cuando fue así, la abrió con mucho cuidado para que no sonara.

Para ver si el gimnasio estaba vacío, asomó la mitad de su cuerpo.

No había ruidos, ni murmullos, todo estaba tan quieto y pleno que supuso enseguida que no había absolutamente nadie.

—Está vacío... —susurró.

Golpe de victoria para ella.

—Hoy no toca entrenamiento.

La voz gruesa que se escuchó a sus espaldas, hizo a Hanni saltar y se llenó de pánico porque, obviamente, ella no podía estar allí y cualquier persona que la viera podría hacer cualquier cosa en su contra.

Sin embargo, el susto pasó a ser sorpresa cuando la vio a ella.

—Entrenadora Yang ChanMi —murmuró.

Hanni se puso nerviosa, más aún con la mirada que ella ponía en su persona.

Arregló su uniforme aún de la escuela y se puso derecha, tratando de no verse irrespetuosa ante ella.

—N-No estaba segura de que estaría aquí, pero... —río nerviosa —, quería verla.

—¿Ahora? —preguntó, luego de haber tragado el trozo de manzana que estaba comiendo.

—Bueno...

ChanMi no prestó mucho de su tiempo en escuchar a Hanni, por lo que se encogió de hombros y entró al gimnasio, dejando a Hanni atrás con las palabras en la boca.

No se iba a ir hasta recibir una respuesta, y Hanni era bastante insistente con lo que le importaba.

—¡Soy Hanni Pham! —exclamó, empezando a caminar detrás de ella. —Vengo del equipo de esgrima de Seon Jung.

Eso la hizo frenar y para Hanni era como una bocanada de aire que aliviaba su nerviosismo.

¿La tomaría en cuenta?

La entrenadora Yang demoró un poco, pero finalmente giró sobre su lugar para ver a la chica que sonreía nerviosamente.

—¿Y qué estás haciendo aquí? —preguntó.

Hanni tomó esa oportunidad de atención para caer de rodillas al suelo e inclinarse hacia ella, en modo de súplica para que la aceptara.

La entrenadora frunció levemente el ceño y dio otro mordisco a su manzana.

—¡Por favor, acépteme en el equipo, entrenadora! —exclamó. —Nuestro equipo de esgrima se deshizo de todo por culpa del FMI, pero me rehuso a dejar la esgrima. Si usted me acepta —levantó la mirada —, me podré transferir a la secundaria Tae Yang.

ChanMi sonrió, seguramente le parecía algo chirosa la actitud de Hanni, pero finalmente era su desesperación.

Se acercó un poco antes de responder.

—No creo que seas lo suficientemente buena —dijo con simpleza, mirándola hacia abajo.

Hanni levantó la mirada con preocupación.

—¿Qué?

—Mírate —señaló su posición e hizo una mueca —. Estás haciendo esto y, en realidad, convencer a alguien requiere habilidad. Así prevés una chica ignorante, inútil y vulgar.