𝐿𝑙𝑢𝑣𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑓𝑢𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠..(𝘾𝙖𝙥4)

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Narrador:

Despues de esa larga y oscura noche Tom Kaulitz se encargó de encerrar a Stella en una pequeña y extraña habitación.

Luego de atarla a una silla se encargo de cerrar la puerta de la habitación, para luego retirarse, ya que el tenía que resolver algunos asuntos, así que no tardó mucho en retirarse de el lugar.

(...)

STELLA:

Estaba profundamente dormida, hasta que comencé a sentir un dolor muy insoportable en mi espalda, rápidamente desperté y me di cuenta de que estaba atada de manos y pies a una silla.

¡Santo Dios!

Volteé a todos lados para darme cuenta de que estaba en una pequeña habitación muy oscura, no alcanzaba a ver nada, no sabía en donde estaba ni porque, ¿Esto era una broma?, no entiendo, ¿Porque estoy aquí?, ¿Que está pasando?

No pasó mucho tiempo para comenzar a sentir mucha angustia y terror, causando que comenzaran a salir lágrimas de mis ojos , ¿Será por el castigo que tenía que pagar?  se que las monjas no me harían esto, si, se que hice mal y que merecía un grande castigo, pero estoy segura de que ellas no fueron, no pueden llegar a este límite. ¡Sería un pecado!

Comencé a gritar por ayuda, pero parecía que nadie me escuchaba, nadie quería sacarme de este lugar. Trate de quitarme las cuerdas que me aferraban a la silla, pero todo mi esfuerzo fue en vano.

De repente escuché que comenzaban a abrir la puerta, tenía miedo, tenía mucho miedo de saber que tal vez quienes me tenían aqui no eran las monjas, si no alguien que me quería hacer daño.

La puerta se abrió y se dio a conocer la silueta de un hombre muy alto, este solamente estaba quieto en su lugar observándome. Hasta que rompí el gran silencio que habitaba entre ambos.

- ¿Porque estoy aquí?, ¿Esto es parte de mi castigo? Se que hice mal, ¡Pero no era para tanto!

Grite entre sollozos haciendo que este hombre se adentrará a la habitación.

- Yo solo obedezco órdenes de el señor Kaulitz, y para que no pierda su tiempo, no me importan sus lágrimas de niña pequeña, nadie la va a ayudar, es mejor que lo acepte.

Respondió.

- Porfavor saqueme de aquí, se lo suplico, le pediré a Dios para que lo perdone por el pecado que está cometiendo, pero déjeme ir porfavor.

Pedí aún entre sollozos y lágrimas en mi rostro.

El hombre no respondió, solo se reía de mis palabras, se acercó a mí y comenzó a quitarme las cuerdas, me libero de la silla y me tomo de el brazo para sacarme de la habitación.

Me di cuenta de que no solo era una habitación, era una gran bodega en la que me encontraba, el hombre solo me seguía arrastrando atrás de el, yo solo soltaba cada vez más lágrimas, nosé que está pasando..

Al salir de el lugar me tomo de los brazos para hacerme entrar en una gran camioneta negra, está vez nosé a cual marca pertenece, y ni siquiera tenía tiempo para pensar en ello.

Me adentro en uno de los asientos de atrás y rápidamente se acomodó en el asiento de conductor para comenzar a avanzar por la larga y solitaria carretera en la que estábamos.

- Tendrás que prepararte mentalmente, ¿Sabes de qué vas a trabajar, no?.

Pregunto aquel hombre.

- ¿De que habla? Señor porfavor no me haga esto, le suplico que no me haga daño.

"𝐿𝑎 𝑐𝑜𝑟𝑑𝑒𝑟𝑖𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑑𝑖𝑜𝑠" || TOM KAULITZWhere stories live. Discover now