(II) Aquí le llamamos "El efecto Cox"

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--Sí, imagino que está pequeña comparada con la que solías estudiar--

Fue lo que me dijo aquella chica al ver mi cara de confusión mientras observaba la escuela.

--Por lo menos aquí no hay adolescentes mimados que solo se acercan a ti si llevas unos zapatos caros y un bolso de marca--añadí--

Soltó una pequeña carcajada y asintió con la cabeza.

--¿Cómo dijiste que te llamabas?--preguntó--

--Rose Miller, y tú debes ser Samantha, la chica que asignó la directora para mostrarme la escuela--le dije--

--Algo así, de hecho, yo me ofrecí--exclamó y me sonrió--

--¿Te ofreciste?--dije con tono de duda--

--Sí, no fue nada en especial, solo me pareciste un poco... interesante--respondió--

Me lo tomé como un halago, así que le sonreí y seguimos caminando.

Nos encontrábamos pasando por el salón de música y ahí fue cuando lo ví. Se veía tan distante al resto de la clase como si estuviera perdido en las notas. Estaba rodeado por una atmósfera de indiferencia. Te hacía sentir como si ocultara un montón de cosas y tú estuvieras dispuesta a entrar a su burbuja y descubrir todos sus secretos sin importar las consecuencias que eso tuviera. Aquel interesante misterio de aproximadamente metro 90, tenía una piel muy pálida y un cabello castaño ondulado. Sus ojos eran de un color verde precioso y se encontraba tocando la guitarra con una concentración increíble, como si se sumergiera en su propia música.

--¿El efecto Cox, verdad?--dijo Samantha al notar que me había quedado embelesada--

--¿El efecto qué?--pregunté confundida después de que pude reaccionar--

--El efecto que provoca Liam Cox cuando lo ves por primera vez--respondió--Bueno, el que te va a provocar siempre que lo veas--se corrigió--

--Solo es un chico guapo, nada del otro mundo--dije restándole importancia--

--No solo eso--añadió--Es como un misterio andante, no sabes cuántas chicas han intentando descifrarlo, solo que a la mayoría las trata con indiferencia y rechazo, y con el resto solo sale por un tiempo y luego las desecha--aclaró--

--Son solo un montón de estúpidas que están detrás de él por su cara bonita--le dije--

Me hizo un gesto de como que no le importaba mucho, el cual no comprendí bien. Igual no le presté mucha atención y me dirigí a la clase de Música que precisamente tenía en unos minutos.

--Pueden coger el instrumento que quieran--dijo emocionada la profesora--

Había una gran variedad de ellos. Para todos los gustos. A pesar de eso ya yo tenía muy claro desde el principio cuál iba a elegir.

--Un poco complejo para ti, ¿no crees?--opinó alguien que se había sentado a mi lado al verme elegir un violín--

Me volteé para ver de quién era aquella voz. Y...

--¿Qué pasa? ¿Acaso en tu esfera cognitiva limitada tú eres el único capaz de tocar instrumentos complejos?--le dije a Liam que se encontraba sentado a mi lado mirándome con cierta curiosidad--

--Puede ser, sabes que soy muy bueno--dijo y se volteó para seguir en su mundo con su guitarra--Y no lo niegues, te vi embelesada observándome--añadió y siguió en lo suyo--

--Saberte un par de acordes básicos no te hace ser bueno--dije aún sabiendo que si tocaba la guitarra espectacular--

Al instante habló la profesora:

¿Testigo o asesina?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt