𝙇𝙞𝙠𝙚 𝙖𝙣 𝘼𝙣𝙜𝙚𝙡 • 𝙃𝙪𝙨𝙠𝙚𝙧𝘿𝙪𝙨𝙩

𝘕𝘪𝘨𝘩𝘵𝘮𝘢𝘳𝘦𝘴

🃜🃚🃖🃁🂭🂺

Las pesadillas seguían siendo parte de su vida, constantemente el soñar con despertar en el estudio o junto a Valentino no le permitían dormir bien, Angel había tratado de aprender a vivir con ellas.

Hoy era uno de esos días, donde despertaba asustado en su habitación completamente a oscuras con el miedo a flor de piel.

— Sabes lo que está pasando Angel.

No de nuevo se repitió para si mismo.

— Déjame en paz. — Angel suspiro pesado, era la quinta pesadilla en esa semana.

Siempre lo mismo, siempre con él, aveces despertaba con rasguños o moretones, Husk se había notado preocupado por eso pero Angel siempre le respondía lo mismo "me golpeé con la cama" "fue un rasguño con el filo de la encimera", a decir verdad el tampoco sabía de donde provenían aquellos golpes, pero preferiría no pensar mucho en ello.

— ¿Realmente crees que no estoy aquí? — podía sentir la respiración del Overlord en su cuello.

Todo era otra pesadilla, despertaría en cualquier momento.

— Vox acabó contigo. — Angel permanecía con los ojos cerrados, no quería ver, no quería verlo.

Sintió los dientes traspasar la piel de su cuello, un grito ahogado salió de sus labios antes de volver a abrir los ojos.

Vio a Husk entrar por la puerta con un semblante preocupado.

— ¿Pesadillas de nuevo? — Husk se acerco a la cama del chico hasta quedar frente a él.

No era la primera vez que Husk llegaba luego de una pesadilla.

— Sí, perdón. No quería despertarte. — se disculpo apoyando su cabeza sobre el hombro del Overlord.

Husk asintió en silencio comenzando a frotar su cabeza en el cuello y mejillas del chico siempre intentaba tranquilizarlo con su aroma pero el ligero grito de dolor por parte de Angel hizo que se detuviera al instante.

— ¿Te volviste a golpear—?

— El cuello, creo que me golpeé el cuello o Fat Nuggets durmió encima de el.

Husk pareció no creerle pero se limitó a preguntar y volvió a acicalar a Angel pero está vez con mayor cuidado.

Pero al llegar al mismo lugar donde Angel atribuía haberse golpeado se detuvo.

Tenía una mordida.

— Angel. — llamo la atención del chico que parecía muy calmado apoyado en él.

— ¿Hhm?

— Tienes una mordida.

— ¿Qué? — el miedo se instaló rápidamente en su cuerpo.

No podía ser real, lo había soñado, sus pesadillas lo estaban destruyendo.

La falta de reacción pareció preocupar aún más al Overlord — Angel, hey. ¿Estás bien? estás temblando, Amore.

— Tranquilo, e-estoy bien Husky. — dejo un suave beso en sus labios para después forzar una sonrisa, no quería pensar en ello ahora.

Luego tendría que hablar con Vox.

— Luces preocupado. — Husk intentó calmarlo repartiendo pequeños besos en el rostro del muchacho, recibiendo ligeras risas en respuesta.

— Husk, me haces cosquillaas. — dijo alargando la última sílaba de la oración — Estoy bien.

El Overlord no pareció estar muy seguro pero de igual manera asintió — Vas a dormir conmigo a partir de ahora, no soportó escucharte gritar y no estar ahí.

— Hoy estás particularmente romántico Husk. ¿Algo qué me quieras decir? — estaba bromeando pero el sonrojo en el rostro del felino lo delató.

— No. — dijo un muy avergonzado Husk apartando la mirada.

— ¡Husk! — chilló Angel — ¿Qué ocurre?

Angel podía jurar que vio las orejas de Husk bajarse por un momento, era increíblemente tierno cuando sus instintos felinos salían a la luz.

Angel vio como Husk dejaba un anillo en sus manos, su anillo, el anillo que le había dado el primer día.

— Es tuyo a pesar de todo, no estoy proclamandote como mío, lo sabes. Pero es más seguro para ti que lo utilices cuando estés en público porque—

Fue frenado rápidamente por un beso.

— ¿Está es tu extraña manera de pedirme salir contigo?

Husk soltó una fuerte carcajada — En tus mejores sueños, princesa. — rodo los ojos y Angel volvió a dejar un corto beso en sus labios.

— Lo tomaré como un sí. — dijo mientras se ponía el anillo bajo la atenta mirada del Overlord.

— No tienes que ponértelo si no quieres. — escucho decir a Husk suavemente.

Husk siempre era asi de delicado con él, lo adoraba, adoraba cada centímetro de él.

— Pero lo hare. — dijo firmemente —¿Puedo preguntarte por qué un anillo?

La mirada de Husk bajo a su mano donde ahora descansaba tranquilamente el anillo.

— Rosie me los regalo. — mencionó Husk con una ligera sonrisa creciendo en sus labios.

— ¿Los—?

— Son dos pares, Rosie solía estar obsesionada con el hecho de que volviera a encontrar a alguien con quien compartir mi vida. — había nostalgia en sus ojos — Decía que debía de sacar la cabeza de las cartas y tratar de encontrar el amor, luego de un tiempo se rindió pero antes me regalo ambos anillos. — Husk tomo delicadamente la mano de Angel entre las suyas.

Ambos con un anillo color dorado, completamente idénticos, salvo porque el que tenía Angel tenía una bonita piedra incrustada en medio de ella, eran a juego, Angel no había reparado en que Husk siempre llevaba el mismo anillo, incluso antes de la apuesta podía recordar el destello dorado en su mano.

Angel sintió un fuerte sonrojó en sus mejillas al darse cuenta de todo lo que significaba aquél anillo, Husk confiaba en él, no sólo como un amigo, confiaba en el como para ser el tipo de persona con la que podía compartir lo que quedaba de su vida.

— Gracias.

Espero a sentir el miedo, la preocupación que siempre sentía cuando comenzaba a caer por alguien, la desesperación y la angustia pero lo único que podía sentir ahí con Husk acariciando suavemente su mano era tranquilidad.

Aquella sensación que creía haber perdido hace tanto tiempo.

— Creo que tengo que ir con Alastor, algo lo tiene preocupado. — informó Husk.

— ¿Te puedo acompañar? — recordó rápidamente el dolor en su cuello, la mordida y el sueño, necesitaba hablar con Vox.

— Iremos por la tarde ¿te parece?

Angel asintió extendiendole una de sus manos para poder acercarlo hasta quedar ambos acostados sobre la cama.

Ambos corazones latiendo nerviosos sin saber a donde escapar.

Angel había dejado de correr.

Y Husk por fin podía sentir que estaba más cerca de él.

🃜🃚🃖🃁🂭🂺