Una pequeña maratón

200 28 60
                                    

La cena había sido cómoda, cuando los nervios de Atsushi finalmente desaparecieron y pudo concentrarse en su compañía, todo se volvió mucho más ameno y cálido.

A pesar de notar las pequeñas señales que Akutagawa le lanzaba, no se sentía incómodo con ellas.

Porque era correcto asumir que le estaba coqueteando ¿Cierto?

En un momento intento convencerse a si mismo que toda la situación era solo mera coincidencia y que tal vez esa era la personalidad de Akutagawa. Pero no era tan denso para no notar las intenciones del azabache y menos tras un par de meses con esa rutina.

Por razones que no tenían mucha importancia empezaron a ver pequeños detectives y terminaron haciendo una especie de maratón. Se reían y avergonzaban de sus actuaciones en aquel entonces y recordaba anécdotas de su infancia juntos.

Atsushi no estaba seguro en qué punto de la noche paso, pero sus manos terminaron naturalmente entrelazadas sobre el sofá.

A ninguno de los dos le molestaba esto realmente.

El ambiente en el departamento de Atsushi se llenó de una calidez reconfortante mientras la noche avanzaba. Las luces tenues creaban un ambiente íntimo, y el sonido suave de la televisión llenaba el espacio con una sensación acogedora. Atsushi y Ryuunosuke se encontraban sumidos en una atmósfera de confianza y complicidad, como si el tiempo se detuviera a su alrededor.

A medida que la noche avanzaba, Atsushi se encontró cada vez más relajado en la presencia de Ryuunosuke.

Sin pensarlo dos veces, dejó que su cabeza descansara sobre el hombro del azabache, disfrutando de la calidez y la cercanía que compartían.

En ese momento, no había lugar para las dudas ni las reservas. Solo existía la sensación reconfortante de estar junto a alguien que entendía y valoraba cada parte de él. Y mientras la noche continuaba envolviéndolos en su abrazo, Atsushi y Ryuunosuke se dejaron llevar por la magia del momento, sabiendo que habían encontrado algo especial en el otro.

Algo que tal vez siempre estuvo presente, Pero eran muy jóvenes para notarlo. Algo que ni siquiera el tiempo y la distancia habían logrado destruir.

La sensación de sus manos entrelazadas era cálida y cómoda. Se sentía como si estuvieran destinadas a estar de esa forma, como si él tacto del contrario fuera el complemento perfecto.

Cuando en la pantalla se mostró una escena donde Rin, el personaje que Atsushi interpretaba en el programa, cayó por un gran precipicio y Kaito, el personaje de Akutagawa, gritaba desesperado, ambos sintieron una conexión mucho más profunda entre sus corazones.

Atsushi recordaba ese día como si fuera ayer. Recordaba que Ryuunosuke estuvo llorando durante una hora tras la grabación de la escena, ya que los sentimientos lo invadieron y con dulces palabras anunció que pensó que podría pasarle algo así a su querido Atsushi, lo que lo llenó de desesperación.

Cuando Atsushi compartió el recuerdo con su acompañante, vio cómo un dulce e inocente sonrojo se esparció por su rostro. Nunca antes había visto a Akutagawa genuinamente sonrojado.

Era adorable.

– No esperaba que el gran Akutagawa Ryuunosuke fuera tan sentimental. – Dijo en broma. – Aún te sonrojas como un adolescente.

Atsushi de acercó aún más al azabache, con una sonrisa burlona miro el sonrojado rostro de Akutagawa, quedando bastante cerca el uno del otro.

– No me haré responsable de lo que pase si sigues invadiendo mi espacio personal. – Amenazó cubriendo su rostro con su mano.

Petits amours - Shin Soukoku [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora