La Venganza De Mi Ex *KookV*

07

Jungkook soltó el aire de golpe, maldijo internamente, tomó su rostro entre sus manos y trató de controlar su respiración, jamás imaginó que sería tan difícil, cuando abandonó aquella habitación de hotel, lo hizo pensando que todo estaba terminado, que las cosas podían regresar a la normalidad, había obtenido lo que quería, no tenía por qué seguir deseándolo, no era natural en él, normalmente podía pasar de una persona después del sexo, no le gustaban las relaciones, mucho menos las ataduras, aprendió la lección, a sus dieciocho años comprendió que el amor era una ilusión estúpida, que no servía para absolutamente nada. No quería a Taehyung, no estaba enamorado de él, pero lo deseaba.

Debido a la forma en la que se dieron las cosas, pensó que este no volvería a pararse frente a él, no tenía sentido, estaba seguro de que Taehyung terminaría arrepentido, con un terrible caso de pánico gay, que se alejaría por completo de él. Reafirmó esa idea cuando llegó tarde al trabajo, cosa que nunca hacía, Jungkook trató con todas sus fuerzas mantenerse al margen, ni siquiera lo miraba, no quería esa mierda sentimentalista en su cabeza, esos días había pensado mucho en el pasado, en la forma idiota con la que había amado, no quería volver a caer por un hetero reprimido, que no sabía lo que quería.

Sin embargo, nada lo preparó para que Taehyung fuera a su oficina, insinuando otro encuentro sexual, lo tomó por sorpresa, y no aceptó, claro que no lo haría, el sexo ya la había jodido lo suficiente como para aceptar estar a su lado más de lo debido, le gustó, ver la decepción y la humillación en su rostro, fue gratificante, por fin, Kim Taehyung estaba sintiendo un poco de lo que él sintió cuando eran jóvenes, no debería querer vengarse de esa forma, era un adulto, completamente funcional, con una carrera y un futuro próspero, buen dinero en su cuenta bancaria, era atractivo, podía tener a quien quisiera en su cama. ¿Por qué querría a alguien como Taehyung?

Después de tranquilizarse, se concentró en lo verdaderamente importante, su trabajo, no por nada era excelente en lo que hacía. Cuando sus padres los mandaron al extranjero luego de enterarse que era homosexual y había Sido expulsado de la universidad por ello, juró que jamás volvería a necesitar de nadie, no hablaba con ellos, los ignoraba, su único aliado fue su tío, nadie más se preocupó por él, lo que a su familia más le interesaba era mantener intacto su estatus social, un escándalo como él de un hijo homosexual era demasiado para ellos.

Tuvo que aprender a valerse por sí mismo, a soportar las burlas, los señalamientos y las críticas constantes de sus compañeros por venir de un lugar diferente, entendió que cosas como la amistad y el amor no eran para él. Se recluyó dentro de un caparazón, empezó a hacer más deportes, a cuidar su salud y a usar para beneficio propio sus cualidades y destrezas, no bastaba con ser bueno, tenía que ser el mejor. Tenía treintaiun años y jamás había sentido ansiedad por cosas banales como el amor y la amistad, eran contadas las personas con quienes se sentía afin y estaba bien, no necesitaba a los demás para ser feliz.

Aunque aún el concepto de felicidad fuera incierto, sabía que no lo encontraría en Taehyung, aparentemente había cosas que aún no superaba y estar alejado de él era lo mejor. No lo necesitaba, no lo necesitó cuando su vida se desmoronó, cuando lo abandonó a su suerte, cuando rompió su corazón y sus promesas, entonces ¿Por qué lo necesitaría ahora? No, él era un hombre adulto, que no iba a dejar que nadie lo humillara jamás, no volvería a caer a sus pies ni a los de nadie.

Fue un día intenso, lleno de trabajo y emociones, suficiente para su autocontrol y apenas iniciaba la semana, por eso, no se negó cuando Yoongi fue a su oficina al final de la jornada y le invito a cenar algo y beber una copa. Ambos se fueron a un bar que conocían bien, en una parte elegante de la cuidad, el lugar era exclusivo por lo que no tenían que preocuparse mucho por estar rodeados de personas, Jungkook bebió un trago de brandy después de haber disfrutado de una buena cena y con una conversación amena de negocios.