Mafia en Nueva York [MEWTUL]

Capítulo 10: ¿Solo amigos?

Caminé por los amplios pasillos de la mansión, dejando que mis ojos se perdieran en la opulencia y el lujo que la rodeaba. Cada rincón parecía estar impregnado de historia y sofisticación, desde los altos techos adornados con intrincados diseños hasta los relucientes suelos de mármol que reflejaban la luz de las lámparas de araña. No pude evitar sentirme abrumado por la magnificencia de aquel lugar.

Fue entonces cuando un perro majestuoso cruzó mi camino, extendiendo una cálida bienvenida que parecía emerger de su mirada amistosa. Mew lo acarició con ternura, sus gestos rebosaban de un amor genuino hacia su fiel compañero.

— Él es Chopper — me presentó Mew con una sonrisa, grabando nuestras conversaciones previas sobre su leal amigo.

Me incliné para saludar al can, dejando que olfateara mi mano antes de acariciarlo con suavidad.

—Hola Chopper—Salude, Chopper me ladro una vez como si me pudiera entender — Es hermoso —, no pude evitar comentar, compartiendo la admiración de Mew por su fiel compañero.

Sin embargo, la atmósfera de tranquilidad se vio interrumpida cuando el bullicio de voces indignadas llenó el espacio. Davikah y New parecían especialmente furiosos.

— ¡Cómo se atrevieron, los malditos! —, exclamó New, su ira palpable en cada palabra. Davikah, por su parte, buscaba respuestas, cuestionando si aquellos que habían irrumpido en el hospital sabían de la presencia de New.

La tensión en el aire era palpable, y yo me sentí desconcertado, sin saber cómo reaccionar ante aquellos acontecimientos inesperados.

Mis ojos buscaron a Mew, quien parecía ser el faro en medio de la tormenta, su mirada tranquilizadora me transmitía una sensación de calma en medio del caos por un momento.

Antes de que pudiera entender completamente la situación, Charlotte intervino, colocando su arma sobre la mesa con determinación. —¿Tendremos algún infiltrado?—Pregunto.

— Hablaremos de esto después —, ordenó Mew, imponiendo un cese momentáneo a la discusión. —Davikah lleva a Tul a su habitación —Todos asintieron en acuerdo, conscientes de la necesidad de abordar el asunto con calma y estrategia.

Davikah se acercó a mí, indicándome el camino hacia la habitación asignada.

— Por aquí —, me dijo con serenidad, mientras su mirada sugería una preocupación apenas disimulada.

— Te veo más tarde —, me despidió Mew con un gesto amable, antes de dirigirse hacia Davikah —Llevalo a la habitación que está a mi lado—Ordeno, Davikah asintió.

Antes de retirarme, un silencio tenso se apoderó del ambiente, roto solo por la inesperada intervención de Tay, quien hasta ese momento había permanecido en silencio.

— Yo te acompaño —dijo Tay con una sonrisa, ofreciéndome su compañía. Asentí con alegría; Tay era la persona que mejor conocía de aquel lugar laberíntico y complejo. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso, Mew lo detuvo agarrándolo del brazo con firmeza, interrumpiendo su avance.