14. The Transition.

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El mundo comenzó a moverse de forma lenta y ensordecedora.

El silencio abrumador previo a mi muerte había desaparecido para nunca volver.

Las hojas crujiendo bajo mis pies eran estruendos en el bosque, podía oir todo a mi al rededor, era como una sinfonía caótica sin ritmo. La oscuridad era clara, de una manera en la que nunca lo fue. De pronto comencé a preguntarme si era así como los depredadores miraban. Con matices opacos pero nítidos.

Me sentía drogada de alguna manera, como si mi cuerpo estuviera suspendido en alguna parte del espacio, cayendo lentamente por la gravedad. 

Era algo extracorporeo.

Mis emociones corrían a mil por segundo que me era imposible tomar una y poseerla. No sabía como sentirme, sentía todo y nada al mismo tiempo.

Era abrumador y confuso.

Detuve mi andar sosteniendome de un árbol, sintiendo su textura rugosa, era como si mi piel de pronto fuera sensible a todo, a la tela de mi ropa rozandola, los vellos de mi nuca, la salida del aire por mis fosas, incluso el aire que me rozaba se sentía tan...surrealista que necesitaba detenerme para comprender que no era un sueño.

O una sobredosis de extasis

—No deberías de estar aquí—la voz de Damon me hizo girarme, caminaba entre lápidas. No me había dado cuenta que había llegado al cementerio—. Es muy peligroso para una niña como tú estar sola en la noche, especialmente en un cementerio.

—¿Y eso a tí que te importa?—respondí, aunque la voz no había salido de mi, sino de una versión más joven de mi, una de 14 años.

—No lo hace—Damon se encogió de hombros—, pero quizás a alguien más sí.

—Pero a tí no, así que largate y déjame en paz.

No entendía que estaba sucediendo, pero reconocía el lugar, no era el cementerio de Mystic Falls, era Grove Hills, pero yo no había caminado tanto ¿O sí?

—¿Y dejar en mi conciencia la muerte de una niña inocente?—Damon resopló y apuntó la lápida frente a mi—¿Abuela?

—Madre, de hecho—respondí y miré mi rostro teñirse de tristeza. Damon se acercó a mi leyendo el nombre en ella.

—Isobel Fleming.

—Ella ni siquiera está ahí, nunca encontraron su cuerpo.

—¿Entonces por qué estas aquí?—me preguntó y yo lo miré con molestia. Damon levantó las manos en señal de paz—. Si se puede saber.

—Hoy es su aniversario—me encogí de hombros—. Desapareció hace un año, creí que quizás, al venir aquí, la sentiría cerca, pero veo que solo sirvió para conocer a un pervertido.

Damon rió ante mí insulto y eso me hizo sonreír. Entonces todo desapareció, y el bosque de Mystic Falls me rodeó de nuevo. Fue ahí donde lo comprendí, Caroline me había hablado de esto antes. La transición desbloqueada recuerdos que fueron suprimidos por hipnosis. Y este debía de ser uno de esos recuerdos.

—Tienes brio—Damon habló de nuevo tras de mi—¿Cuál es tu nombre, niña?

—¿Sí te lo digo no vas a matarme?—pregunté con sorna. Inevitablemente sentí ternura hacia mi, era más baja de lo que soy ahora, aún así me veía como si creyera ser capaz de derribar a Damon en ese momento, quien colocó una mano en su pecho.

—Tienes mi palabra se Scout.

—¿Eres un Scout?—pregunté incrédula y él resopló.

—Claro que no.

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